"Hay que apostar por uno mismo"

Eva Yerbabuena (Granada, 1970) está encerrada en su estudio sevillano de Dos Hermanas desde hace dos meses. Casi nada logra distraer la atención de la bailaora, concentrada en la creación de su cuarto espectáculo, A cuatro voces, que estrenará el 18 de septiembre en el Teatro de la Maestranza dentro de la Bienal de Flamenco de Sevilla. La Yerbabuena, Premio Nacional de Danza en 2001, creó su propia compañía en 1998, junto a su marido, el guitarrista y compositor Paco Jarana, y desde entonces la inspiración siempre la ha sorprendido trabajando.

PREGUNTA. ¿Tiene dificultades el flamenco para crecer?

RESPUESTA. La primera somos nosotros mismos, los artistas. Nosotros somos los que a veces nos impedimos muchas cosas. Tenemos que tener claro qué queremos, sí es montar compañía propia o contar con apoyo para poder crear.

P. ¿Los artistas están confusos?

R. Hay quienes sólo buscan manifestar lo que sienten; mientras que otros se sirven del flamenco para conseguir fines distintos como el poder o la fama.

P. Y usted, ¿lo tiene claro?

R. Rotundamente, sí. Siempre quise montar mi propia compañía, lo hice en 1998, y mantenerla no es nada fácil: somos 23 personas. Hemos invertido todo nuestro tiempo y también nuestro dinero. Para poder exigir, buscar el apoyo y el respaldo económico de las administraciones hay que arriesgar y crear una industria. Yo no miro mi profesión como una manera de hacerme rica, sino para crecer en lo artístico y en lo personal. Lo mejor que se puede hacer es apostar por uno mismo.

P. ¿Los bailaores se ocupan ahora más que antes de su formación?

R. En todas las épocas ha habido profesionales que han pasado su vida estudiando y mejorando; mientras que otros han vivido con dos bailes. No digo dos espectáculos, sino dos bailes.

P. Y el público, ¿está aprendiendo?

R. El público es demasiado conformista. Ocurre en todos los campos y especialmente en la televisión. En España hay una crisis total que a mí me ha venido bien porque me está convirtiendo en una pedazo de lectora, pero tengo una hija pequeña que ve la tele y me preocupa.