Unax Ugalde y Silke se unen para sobrevivir

Cámara oscura, la segunda película del director Pau Freixas, enfrenta a un grupo de aventureros reunidos para hacer submarinismo con una situación extrema en la que ponen en juego sus vidas. "La idea es poner a gente normal, como nuestros espectadores, frente a una situación de supervivencia en la que tengan que revelar al héroe o al cobarde que llevan dentro", explicó ayer el realizador.

Silke, Unax Ugalde, Adrià Collado, Diana Lázaro y Andrés Gertrudix dan vida al grupo de desconocidos que, liderados por un niño senegalés, acaba convirtiendo en drama lo que parecía un plácido día de submarinismo en alta mar. Cuando su embarcación se hunde en medio de ninguna parte, su única posibilidad de salvación es un tétrico barco lleno de animales, polizones arrojados por la borda y malos augurios.

Cámara oscura, un filme producido por Iris Star, Manga Films y Estudios Picasso, que ya se estrenó en el festival de Sitges 2003 y que hoy llega a las pantallas en su versión definitiva, toma su argumento de una trágica historia real. "Todo nace de una noticia de hace años", dijo Freixas. "Los marineros de un barco mercante encontraron varios polizones en sus bodegas, los asesinaron y echaron sus cuerpos al mar. Uno de ellos sobrevivió escondido y, en las proximidades de un puerto, se lanzó al agua y les denunció a las autoridades".

Pese al drama en que se inspira, Cámara oscura "es una película con espíritu épico y aventurero", según su director, aunque pretende ir más allá. "No quería atletas haciendo de actores. Quería que hubiera actores capaces de defender a sus personajes. Para que fuese real en la pantalla tenía que ser lo más realista posible en la ficción".

Los actores se han enfrentado a un filme "físicamente muy duro". Los mayores problemas fueron "el frío, el agua y rodar en un barco viejo, de 120 metros, rodeados de óxido y animales", según coincidieron ayer todos los miembros del reparto.

La trama de Cámara oscura transcurre entre tormentas, carreras y persecuciones, con los actores constantemente empapados y casi siempre sumergidos en el agua. "Aunque intentamos cuidarles todo lo posible, tuvimos un punto sádico en el rodaje", admitió Freixas. "A mí la dureza me fue bien porque el frío se les ve en las caras", continuó el director, que ha contado con un presupuesto de 3,5 millones de euros para rodar la película.

Momentos muy duros

En Cámara oscura "hubo momentos psicológicamente muy duros", según Unax Ugalde, que da vida a Iván y a su viaje desde el egoísmo al heroísmo desinteresado. "Hemos rodado en situaciones extremas", añadió el actor.

Con él coincidió Silke, que interpreta a una fotógrafa freelance que encuentra en el drama que vive en alta mar, rodeada por traficantes y asesinos, el reportaje de su vida. "Fue duro porque nos mareábamos en el barco, que además estaba sucio y lleno de ratas", admitió la actriz. "Pasé mucha angustia en la escena de la jaula, cuando se iba sumergiendo en el agua y sólo me quedaba un poco para respirar", añadió. Sin embargo, Silke no se arrepiente de haber participado en la película. "Lo que me atrajo fue el guión. Soy una aventurera".

Cámara oscura no será la última película de Pau Freixas. El director anunció ayer que en febrero del próximo año emprenderá el rodaje de su nuevo filme, La hora muerta.