El primer disco grande de R.E.M.
EL PAÍS ofrece, por 5,95 euros, 'Murmur' y concluye su colección. Por Diego A. Manrique
La historia de los inicios de R.E.M. se ha contado millones de veces y es que resulta paradigmática: la reunión de cuatro almas perdidas en una localidad del sur de Estados Unidos, Athens. La Atenas de Georgia acoge una universidad liberal, donde los estudiantes viven a fondo esa etapa de juvenil exploración que se acaba cuando tienen que insertarse en el mercado laboral. Algunos aprovechan esos años de libertad-sin-responsabilidad para formar grupos de rock, que generalmente no traspasan el ámbito universitario.
Y dice así: el cantante John Michael Stipe (Decatur, 1960) traba amistad con el guitarrista Peter Lawrence Buck (Berkeley, 1956), que atiende una tienda de discos y aprovecha los tiempos muertos para practicar con su instrumento. Son adictos al pop británico en los márgenes de la new wave y leen religiosamente el semanario londinense New Musical Express. La idea de formar un grupo surge naturalmente. Y alistan al bajista Michael Edward Mills (Orange County, 1956) y al baterista William Thomas Berry (Duluth, 1958). Durante los primeros meses de 1980, usan diferentes -y disparatados- nombres hasta estabilizarse con las iniciales de Rapid Eye Movement: lo de Movimiento Rápido de Ojos denomina la fase del sueño donde ocurren los episodios oníricos.
El bautizo resulta apropiado: las letras de Michael Stipe a veces recurren a evocaciones de sueños o, más frecuentemente, son monólogos interiores bastante enigmáticos (cuando se pueden entender, ya que suele optar por opacar sus textos). El sonido del grupo oscila entre el rock de garaje y el algodonoso folk-rock de The Byrds. Los inicios de R.E.M. son propios de los grupos de Athens: animan fiestas desmadradas, montan bolos en pequeños locales. Pero saben moverse: en diciembre de 1980 telonean a The Police en la cercana Atlanta.
Además, adquieren un mánager, Jefferson Holt, que enseguida les mete en un estudio. Prueban productores y se quedan con Mitch Easter, ex miembro de los Sneakers. El primer lanzamiento es Radio free Europe: aunque sale en una diminuta compañía georgiana, consigue ser votado "mejor single independiente de 1981" por el Village Voice neoyorquino. De rebote, son fichados por I.R.S., sello de Miles Copeland, precisamente el representante de The Police.
Ya en I.R.S., sacan en 1982 Chronic town, un mini-LP de cinco canciones, que difunde aún más su leyenda. Al año siguiente, llega Murmur, nuevamente celebrado por círculos selectos: es "álbum del año 1983" para la revista Rolling Stone. Y es que Murmur combina canciones adhesivas con un aire de misterio que potencia aún más el carisma de R.E.M.
Con Murmur, toma cuerpo el concepto de "rock alternativo". Engloba a grupos musicalmente eruditos e intelectualmente curiosos que ocupan los canales independientes de Estados Unidos, antes apenas transitados por bandas de hardcore. R.E.M. tiene El Sonido: accesible, pero no transparente; luminoso a la vez que difuminado.
También está La Actitud. Es decir, la coherencia de funcionar vía un circuito underground corto en dinero, pero largo en adulación, un circuito (retro)alimentado por fanzines y emisoras universitarias. Así, R.E.M. acumula público y crece artísticamente a su propio ritmo, hasta que en 1988 firma por una multinacional y da el salto a las ventas millonarias y los grandes recintos. Es el modelo profesional que aplican casi todos los demás grupos posteriores, hasta que el boom de Nirvana lanza a los cazatalentos de las grandes compañías a fichar proyectos que están dando sus primeros pasos. Con resultados bastante desastrosos, pero, ah, ésa es otra historia.
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