Estopa canta contra la nueva alienación
Los hermanos Muñoz crecieron en una cadena de montaje. Allí inventaron sus primeras canciones. Ahora vuelven sobre sus viejos fantasmas en el videoclip futurista de 'Pastillas de freno', uno de los temas del disco '¿La calle es tuya?'.
Huyendo del trabajo alienante, rutinario y monótono de una cadena de producción y montaje de accesorios para coches, los hermanos David y José Muñoz se transformaron en Estopa para dedicarse a una existencia más creativa: la de relatar la vida de su barrio y su generación a golpes de rumba y rock. Es la historia más que sabida que cuentan todas las biografías y reportajes de este singular dúo rumbero que irrumpió hace un lustro en el panorama musical español arrimando los sonidos del rock urbano, tipo Extremoduro, a los de la rumba canalla de unos Chichos o Chunguitos, y algo de la catalana. Su propio origen, catalanes de padres extremeños, así lo exigía.
Pasados cinco años y tres discos de éxito -Estopa, Destrangis y ¿La calle es tuya?-, los hermanos Muñoz han decidido espantar sus fantasmas elaborando un videoclip que de alguna manera recuerda todos esos años en la cadena de montaje.
Lo rodaron a finales de julio en una vieja fábrica de Granollers (Barcelona) y ya se ha visto (y se puede ver) en los diversos programas televisivos dedicados a la difusión de videoclips, así como en algunos bares, tiendas, líneas de autobuses y metros. Las imágenes ilustran Pastillas de freno, el tercer sencillo extraído de su último CD, ¿La calle es tuya?, del que han despachado desde que salió el pasado mes de marzo más de 400.000 unidades, sin contar la manta.
No fue fácil hacerlo, Estopa se halla inmerso en un intensa gira de verano. José y David hicieron un hueco en la apretada agenda y dedicaron 12 horas seguidas a su rodaje, cuyo guión e idea era enteramente suya. "La letra de la canción se explica por sí sola, pero no queríamos repetir lo mismo en imágenes, así que se nos ocurrió una visión futurista, casi tipo Matrix, con elementos actuales", dice José, el menor de los dos. "Se trataba de dar una vuelta de tuerca a la letra. Nos trasladamos a un futuro en el que los hombres permanecen hidrogenados, o congelados, como dicen de Walt Disney, en unas cápsulas de las que nos despiertan cada mañana para trabajar. Al terminar el día, volvemos a la cápsula", redunda su hermano David.
El cortometraje sugiere un mundo donde no existe nada más que el trabajo, en el que los dos hermanos, enfundados en un mono azul y llenos de grasa, son dos personajes más que llevan de la cápsula al tajo. "Lo más difícil para mí fue cuando me pusieron las lentillas blancas, estuve al borde del llanto", comenta David. "No había manera, sólo se me quedaba en un ojo, parecía un husky tuerto, o David Bowie. Me dijeron que no lo intentara más, que valía con un ojo, pero por cabezonería no paré hasta que conseguí ponerme las dos lentillas". Y es que en las escenas de la hibernación, cuando son "despertados" de la cápsula, impresiona ver abrir los ojos blancos de los Estopa, una escena explícita que abunda en la concepción alienante del trabajo rutinario y en cadena: "Es una metáfora. No somos humanos. Recreamos un mundo donde los hombres se han sustituido por máquinas, con forma de hombre, para trabajar", dice un David filosófico.
Pero no quieren para nada los hermanos Muñoz que esta minipelícula futurista ("o no tanto, para eso se oye una voz al principio que dice 'en un lunes no muy lejano", afirman) se compare con la vida que ellos llevan ahora, de concierto en concierto, sin apenas descanso para estar con los amigos o la familia, es decir: trabajar y dormir, como en este clip de Pastillas de freno. "Todo lo contrario", dice David, "nuestra vida actual es una huida de la cadena de montaje". José añade: "Nos gusta cantar y hacer canciones, y sería una pena que todos los conciertos fueran iguales, como es el trabajo en un lugar como el del vídeo". "Salimos sin guión a cantar cada noche", desvela como un secreto David, "y ningún concierto sale igual. Yo los diferencio, y sé qué día he estado bien y qué día mal. Además, sí que tenemos tiempo para bajar a las piscinas de los hoteles o pasear de vez en cuando por la playa". Pero estas afirmaciones no quieren que se interpreten como falta de profesionalidad: "A ver, está todo muy ensayado y preparado, pero no llevamos guión de canciones, ya nos reprocha Romero [uno de sus productores y director musical de la gira] que a ver 'si hacemos una listita antes de salir cada noche".
La productora catalana El Terrat, establecida en torno al presentador y comunicólogo Andreu Buenafuente, que ha creado programas televisivos como Sensa Titul, Una altra cosa o Me lo dices o me lo cuentas para canales autonómicos, o recientemente Homozapping,para cadenas generalistas, ha sido la encargada de la realización del clip. "Andreu es amiguete, y ya oímos juntos en su casa la canción antes de que saliera el disco. No sabíamos entonces si iba a ser single, pues esas cosas dejamos que las decida la discográfica, pero sí empezamos a pensar en cómo podría hacerse el clip. Nos gustan mucho las cosas que hace Andreu y El Terrat, así que cuando se decidió que Pastillas de freno fuera el tercer single, le dijimos a la compañía de discos que queríamos que El Terrat hiciera el clip". "Lo han hecho de puta madre, y se han currado muy bien lo de los robots, que salen cuando la letra dice 'y si se acaba el mundo ahí fuera, me la pela, me la pela...', que, en realidad, viene a decir que fuera de la fábrica no hay vida ni nada".
Lo sórdido del vídeo actual contrasta con el relajo de las imágenes de Fuente de energía, el primer sencillo de ¿La calle es tuya? "Claro, en el barrio están los currantes y los viva la virgen", dice José. "Nosotros somos del barrio y contamos todo lo del barrio: a veces lo divertido, por eso nos moló que saliera Santi Millán como personaje y nosotros de maderos (policías) arrestándole; y a veces lo chungo, como el de ahora, con currantes que sólo viven para currar y dormir", sentencia David.
En medio de la intensa gira (www.estopa.com), los hermanos bromean con la polémica suscitada en torno a sus letras, que han sido objeto de defensores y detractores en las Cartas al Director de este periódico: "No hay reglas cuando haces una canción", comenta José. "¿Por qué hay que ser correctos? Puedo saltarme las reglas de la rima y la acentuación si quiero contar algo", tercia David. "Nos parece muy bien", dicen ambos, "que haya gente que no les mole lo nuestro". Y David presume por su hermano: "La futura suegra de José es decana en la Universidad de Badajoz, y nunca ha puesto objeciones a las letras". "Y mi futuro suegro va para catedrático de latín y flipa con nuestras letras", concluye orgulloso José.
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