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Diario de un superhéroe

Canal + y TV-3 estrenan un documental sobre las intimidades del Barça

Las intimidades de la cúpula del Barça al descubierto. Canal + (22.30) y TV-3 (22.00) estrenan esta noche el documental FC Barcelona confidencial, una coproducción de la cadena autonómica catalana, la BBC y ZDF/ARTE, entre otras, con la participación de Canal + España. Un equipo de profesionales independientes ha seguido a lo lardo de 12 meses a la junta directiva azulgrana presidida por Joan Laporta para mostrar el día a día de los nuevos gestores a través de imágenes.

Si existe un género documental de 24 horas, que consiste en dedicar días de grabación a reconstruir la jornada de un personaje, la coproducción FC Barcelona confidencial amplía los límites del formato y suma meses de minucioso seguimiento para resumir un año en la vida del Barça y de su presidente, Joan Laporta. Su mérito: acceder a zonas opacas de la realidad de los clubes. El resultado no contentará a todos, lo cual no tiene por qué ser un defecto. Puede que a Laporta le parezca que podría haber quedado aún mejor y que sus detractores consideren que es demasiado complaciente. El adjetivo confidencial, pues, responde más al logro de mostrar detalles inéditos (negociaciones con proveedores o agentes) que a revelaciones sensacionalistas.

Sobre un guión de Daniel Hernández y Justin Webster se hilvana una detallada cronología que empieza con la euforia electoral, prosigue con el vértigo del debutante, se atasca en la primera crisis del equipo y explota con el logro parcial de los objetivos. En hora y media asistimos a la transformación de un Laporta intuitivo e hiperactivo, acompañado de sus vicepresidentes, Sandro Rossell (área deportiva), Ferran Soriano (área económica) y Marc Ingla (área de marketing).

Las agendas de estos tres mosqueteros y de D'Artagnan-Laporta han echado tanto humo que algunas entrevistas han tenido que hacerse en coches y de noche, lo cual confirma que, a esos niveles de poder, tan importante es lo que decides de madrugada que en horas de oficina. El retrato de este grupo de jóvenes sobradamente preparados incluye momentos de tensión, duda y entusiasmo, como las imágenes de ese autocar en el que, camino del Bernabéu, los miembros de la junta y sus esposas (o viceversa) entonan el himno del Barça como si de una peña de aficionados se tratara. Entre líneas también se apunta el conflicto de si es compatible la frialdad que se le exige a un dirigente y la pasión de un hincha.

La contradicción se amplía a la aureola de un club al que Laporta aspira a convertir en símbolo de una Cataluña sin más horizonte que el que se imponga a sí misma. De la catalanidad se habla poco, pero resulta obvia, y es pedagógico ver cómo casi todas las conversaciones se desarrollan en catalán, con una naturalidad que indignará a los intransigentes lingüísticos. "Soy catalán y me muestro como lo que soy, sin complejos", afirma Laporta. Le vemos reunirse, firmar contratos y autógrafos, abrazarse a dirigentes, hablar por el móvil, comer, engordar, dormir en un avión, tararear la canción de Cowboy de medianoche, besar a su esposa, jugar al fútbol, participar en entrevistas, asustarse ante las amenazas de un grupo de radicales y sonreír como un superhéroe mientras el cielo, cuatribarrado y azulgrana, se nubla de malintencionados errores arbitrales.

El documental transmite bien el subidón que supone entregarse racionalmente a una causa irracional, el fútbol, y sólo insinúa las sombras que se crean alrededor de según qué resplandores. Lograr el equilibrio entre estabilidad económica, solidez deportiva y ambición identitaria supone vivir sobre un volcán de egos en constante erupción. A eso no son ajenos los medios de comunicación, que provocan entre los directivos reacciones que van del compadreo inicial al desprecio final. El día que ganó las elecciones, Laporta prometió situar al FC Barcelona en primera línea deportiva y mediática. La deportiva está por ver pero la mediática es un hecho.

FC Barcelona confidencial, con sus carencias o descartes, ilustra bien este proceso y la peculiaridad renovadora del equipo de Laporta, ofrece material inédito y supone un paso más hacia una información entendida como un fin y no como un instrumento para que todo parezca lo que en realidad no es.

De izquierda a derecha, Laporta y Rijkaard, presidente y entrenador del Barça.
De izquierda a derecha, Laporta y Rijkaard, presidente y entrenador del Barça.

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