"Un tranvía evitaría muchos atascos "

Matalascañas, junto a Doñana, alberga 60 kilómetros de playa. Francisco Bella (PSOE), alcalde de Almonte, el municipio del que depende Matalascañas, batalla desde 1992, cuando comenzó a hablarse de desarrollo sostenible, para que ese concepto sea asumido por los vecinos y los empresarios. En estos momentos la batalla se centra en otro asunto: los reiterados atascos que se producen cada verano en la carretera de El Rocío a Matalascañas. Una asignatura pendiente.

Pregunta. ¿Cómo afronta Matalascañas el turismo?

Respuesta. Con una dotación de servicios adecuada para una población que, de 3.500 habitantes durante el año, pasa a 100.000 en el verano. Ya tenemos bastante experiencia en este tipo de cosas. Durante la romería del Rocío, el incremento es más espectacular. La aldea, que alberga unos 3.000 habitantes, llega a congregar hasta 600.000 personas. O más. Tenemos todo un programa diseñado de servicios de seguridad, limpieza y atención al ciudadano que se activa a partir de julio y no finaliza hasta octubre.

P. ¿Qué solución hay para el tráfico?

R. Sobre los atascos se ha generado un debate estéril. No nos hemos sentado aún a analizar el problema desde la raíz. Con la movilidad en la comarca tenemos un serio problema. Hay un núcleo de población muy potente como es Sevilla, que en verano se traslada a la playa de Matalascañas. Pero desde Sevilla a Matalascañas no sólo hay una carretera que une un chalet con un piso, hay otros elementos de gran valor ecológico, como Doñana. No se trata de trazar una línea, porque podríamos acabar con el lince ibérico, por ejemplo. Lo primero que hay que hacer es analizar la situación mediante un debate en el que participen todos: ecologistas, alcaldes, partidos políticos y ciudadanos. No obstante, hemos reclamado al Gobierno andaluz una actuación urgente en la carretera de El Rocío a Matalascañas que evite esos atascos y suponga una garantía para la población y para la protección de Doñana.

P. ¿Tiene alguna propuesta?

R. Estoy convencido de que el tema de la movilidad en la comarca se puede solucionar. Esas bolsas de aparcamientos de vehículos que harían falta para que la llegada a Matalascañas fuera más rápida se podrían ubicar en Almonte e instalar un mecanismo de transporte público que sirva de lanzadera, como un tranvía, para acercar a la gente hasta la urbanización costera. Hay muchos vecinos de Matalascañas que tienen allí su segunda residencia y se desplazan todos los días. Con esta lanzadera se evitarían muchos atascos.

P. Sobre la carretera Huelva-Cádiz. ¿Hay alguna salida?

R. Esa reivindicación es una herencia política que tenemos ahí. Hace 20 años que se viene reclamando una carretera por la costa hasta Cádiz. De hecho hay una vía que viene desde Huelva hasta Matalascañas y su continuidad natural sería por todo el tren de Dunas y llegar hasta la desembocadura del Guadalquivir. Fue un proyecto que, menos mal, nunca se llegó a ejecutar, una barbaridad. Aún así, todavía hay gente que piensa que ésa es la solución. La pregunta reside en si nosotros necesitamos un turismo masivo. Cuando tienes un espacio tan sensible como el nuestro no puedes someterlo a millones de personas porque lo destrozas. Hay que plantearse para qué queremos las infraestructuras que hacemos. Aún no hemos definido el problema.

P. Jesús Vozmediano, representante de la Unesco ha advertido de que Doñana está amenazada.

R. Estamos adoptando medidas desde hace mucho tiempo para contrarrestar la presión urbanística en el entorno de Doñana. Como alcalde de Almonte siempre me he negado a que se acometan inversiones dentro del Parque Nacional. No somos agresores del parque sino todo lo contrario, hacemos lo posible por no tocar ese espacio protegido y por buscar alternativas.

P. ¿Le respalda la patronal?

R. Los empresarios están modificando sus hoteles de sol y playa a hoteles de naturaleza. Además, se está produciendo en Matalascañas una remodelación importante de conjuntos residenciales a hoteleros. Algunos de ellos se van a convertir en hoteles con encanto, en piezas magníficas dentro de una urbanización que ocupa un lugar especial. Matalascañas hoy ofrece algo que no tenía antes. Hubo un ensayo en los sesenta para promover en Matalascañas un turismo similar al de la Costa Brava, al de Grecia o al de El Caribe. Definitivamente hemos renunciado a eso.