Un documental se sumerge en las entrañas más oscuras de Los Ramones
El estreno de 'The Ramones: The end of the century' reúne en el mismo local de Nueva York que empezaron a tocar a los últimos supervivientes del grupo que inspiró el movimiento punk-rock
El CBGB fue el local neoyorquino donde un 16 de agosto de 1974 se escuchó por primera vez el sonido sucio, rápido y furioso de Los Ramones, que, según el fundador de la revista Punk, Legs McNeil, "salvó el rock and roll". Treinta años después, el mismo antro oscuro se impregnó de nostalgia al convertirse en el punto de encuentro de los escasos supervivientes de aquella mítica banda, como Tommy Ramone, primer batería y productor del grupo, y de sus amigos cercanos, convocados para celebrar el preestreno del documental The Ramones: The end of the century, dirigido por Michael Gramaglia y Jim Fields, y que acaba de llegar a los cines estadounidenses.
Joey Ramone, cantante del grupo, bendecía el encuentro desde la calle contigua, que lleva su nombre desde que Nueva York le dedicó la esquina que más veces fue testigo de sus avatares, tras su muerte por cáncer en 2001. Dee-Dee Ramone, el bajista, murió de una sobredosis en 2002, apenas dos meses después de que la importancia histórica de un grupo que nunca tuvo éxito comercial en Estados Unidos fuera reconocida con su entrada en el Hall of Fame del Rock and Roll. Johnny Ramone, el guitarrista, está vivo, pero lucha contra un cáncer terminal, por lo que tampoco pudo acudir a ver brillar con letras grandes en el cine el nombre de la banda por la que peleó durante 22 años, ni rememorar viejos tiempos en su bar favorito. "Los Ramones hicieron algo grande, resucitaron el rock, crearon el punk y de alguna manera también cambiaron el mundo, espero que para mejor. Por eso me alegro de que por fin se haya estrenado el documental", aseguraba Mitch Hyman, hermano de Joey, mientras se sumergía en cervezas durante una fiesta en la que también estuvieron entre otros Dick Manitoba, de The Dictators.
The Ramones: The end of the century es la primera película que disecciona con detalle la vida de esta banda de Queens que comenzó a rasgar sus guitarras con osada velocidad sin saber apenas tocarlas e inspirándose en The New York Dolls y en The Stooges en 1974, pocos meses antes de su debut en el CBGB. "Todo el mundo puede tocar. Ya verás, nosotros apestamos", le dijo Johnny Ramone a Paul Simonon, de The Clash, justo antes de que Los Ramones hicieran historia en Londres en un concierto en 1976 que inspiraría el advenimiento del punk inglés. El grupo se mantuvo fiel a su sonido y constante en la carretera hasta su disolución en 1996, pero nunca encontró el éxito definitivo, ni siquiera contratando al productor Phil Spector, que llegó a obligar a Dee-Dee a grabar a punta de pistola el álbum The end of the century, según recuerda Johnny en el filme.
Utilizando entrevistas con los cuatro Ramones originales (Tommy, Johnny, Joey y Dee-dee), además de con los baterías, bajistas o managers que se sucedieron a lo largo de los años, y con coetáneos como Debbie Harry (Blondie) o Joe Strummer (The Clash), el documental se sumerge en las entrañas más oscuras de un grupo que de cara al público siempre pareció estar unido en hermandad -los mismos cortes de pelo, las mismas chupas de cuero, el mismo apellido, Ramone, creado a propósito para dar esa sensación de hermanamiento- y que, sin embargo, sufrió como pocos el desencuentro entre sus miembros. Cuando uno escucha a Johnny (ultraconservador) reconocer por primera vez que Joey (de izquierdas) no le volvió a dirigir la palabra desde que en 1980 le robó la novia al cantante y se casó con ella, y con absoluta frialdad confiesa que ni siquiera fue a visitarle cuando Joey rozaba la muerte "porque hubiera sido hipócrita", los 22 años de vida de Los Ramones resultan aún más heroicos. "Sobrevivieron porque llegó un momento en que no tenían más alternativa que seguir adelante, aunque siempre les pesaría el no haber conseguido llegar a la cima. Eso es lo que siempre fueron persiguiendo, pero la cultura estadounidense no aprecia la belleza que se esconde detrás de la fealdad. Los Ramones eran una banda fea, pero brillante, pero muy pocos supieron apreciarlo dentro de este país. Por eso hemos querido hacer una película que les hiciera justicia", asevera Michael Gramaglia, uno de los directores del filme.
A pesar de su contenido dramático, algunas entrevistas como las de Dee-Dee, el eterno adicto que abandonó la banda tratando de recomponer su vida y que llegó a grabar un desastroso disco de rap, resultan particularmente cómicas, ya que todos ellos tenían personalidades muy especiales. La banda celebrará el próximo 12 de septiembre, sin sus tres principales espíritus, su 30º cumpleaños en un concierto homenaje en Hollywood en el que Marky Ramone, su último batería, y CJ, bajista, tocarán sus temas clásicos junto a Red Hot Chili Peppers y Pearl Jam.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.