Los voluntarios reclaman una formación profesional y de calidad

La Conferencia Mundial del Voluntariado finalizó ayer con la reclamación de que su voz sea escuchada por las administraciones públicas y que éstas contribuyan a la formación de un voluntariado profesionalizado y de calidad. La 18ª edición de la conferencia contó con más de 1.500 inscritos y 160 ponentes de 46 países.

La formación de los voluntarios fue una de las cuestiones centrales del debate, puesto que se consideró que no cualquier persona puede llevar a cabo una acción sensibilizadora de calidad. Sin embargo, se recordó que este trabajo sólo debe complementar las prestaciones del Estado, y nunca sustituirlas. El director general de la Secretaría de Estado para Servicios Sociales, Manuel Porras, aseguró que en los próximos meses su departamento ejecutará un conjunto de medidas para potenciar el papel del voluntario como "derecho ciudadano" y "elemento de transformación social". "Se debe facilitar la participación de las organizaciones en la sociedad, introducir sistemas de calidad para mejorar las estructuras de estas entidades y seguir movilizando a más personas", aseguró. No detalló las medidas que se emprenderán para lograr estos retos, aunque anticipó que se requiere dar "un mayor desarrollo a las leyes que afectan al voluntariado en España y en las comunidades autónomas".

En el documento de síntesis del encuentro se señaló la necesidad de aprovechar las nuevas tecnologías para compartir experiencias entre asociaciones de varios estados y promover el trabajo voluntario. La conferencia concluyó con la demanda de que los gobiernos consideren las propuestas que formulan las organizaciones de voluntarios. "Hemos callado demasiado tiempo, y por primera vez hemos sido el centro de atención informativa durante unos días. Debemos pedir que se nos escuche más, porque sólo así la Administración llegará a tenernos en cuenta", reclamó la presienta de la Federación Catalana de Voluntariado Social, Maria Assumpció Vilà.