Purasangre con clase

MÁXIMA DEPORTIVIDAD sin sacrificar la elegancia. El nuevo Maserati Spyder Evoluzione reúne el estilo deportivo de los descapotables italianos clásicos y los avances tecnológicos de Ferrari.

El Spyder es el séptimo descapotable que lanza Maserati en sus 75 años de historia, y ahora, tras su integración en Ferrari, sigue fiel al espíritu de la marca del tridente: imagen elegante pero discreta, mecánica poderosa con prestaciones espectaculares, comportamiento dinámico exigente y sensaciones fuertes al volante. Se trata de un purasangre elitista con precios sólo al alcance de minorías. Cuesta 99.328 euros con cambio manual de seis marchas y 106.132 con el secuencial Cambiocorsa F1 de Ferrari.

La línea, del carrocero italiano Giugiaro, presenta unos trazos suaves y distinguidos, pero mantiene todo el carácter deportivo de Maserati, con un frontal poderoso que recuerda a un tiburón, un lateral con músculo y una zaga cortada con gran personalidad. La capota está integrada con estilo para ofrecer un aspecto imponente que combina elegancia y deportividad sin caer en la ostentación. El resultado es un descapotable exclusivo que impacta por su imagen. Además se puede personalizar a medida con cuatro colores de capota combinables con otros 16 de carrocería y 10 acabados de piel.

- TECNOLOGÍA FERRARI

El Spyder monta un motor 4.2 V8 con 390 CV y soluciones mecánicas de Ferrari. El acelerador es electrónico y equipa el Cambiocorsa F1 de seis marchas, que incluye accionamiento secuencial con dos manillas situadas detrás del volante y cuatro programas: normal, sport, auto y baja adherencia.

El nuevo Maserati viene de serie con la suspensión electrónica inteligente Skyhook, que adapta los reglajes al estilo de conducción y cuenta con dos programas, normal y sport. El primero prima la seguridad y activa antes las ayudas electrónicas a la conducción, como el control de estabilidad, para ofrecer unas reacciones más suaves. El otro, más deportivo, sólo actúa cuando la pérdida de agarre supone un peligro y permite disfrutar más su poderío. Monta unos frenos Brembo con ABS.

Aparte de su mecánica, el lujo del Spyder está en el interior, con un diseño impecable y materiales exquisitos que crean un ambiente refinado. Los asientos son muy cómodos y envolventes, pero hay detalles de acabado y ajustes mejorables: plásticos pobres y una capota eléctrica ruidosa a alta velocidad. Y el diseño no es práctico, porque apenas tiene huecos para objetos, aunque el maletero es correcto.

- PODERÍO MECÁNICO

La orfebrería mecánica de Ferrari se aprecia en cuanto se conduce el Spyder, sobre todo con el programa Sport del cambio y la suspensión. Así, basta hundir el pie en el acelerador para que el descapotable de Maserati se transforme en un auténtico purasangre. El motor empuja con elasticidad desde el ralentí con un rugido que va en aumento según sube de vueltas y apenas deja oír la suavidad con que se engranan las marchas.

Los 390 CV aportan unas aceleraciones fulgurantes, pero la conducción exige la máxima atención, aunque el control de estabilidad y los frenos dan seguridad al conductor y permiten disfrutar de su imponente poderío en todo tipo de trazados. Sólo la dirección, algo imprecisa sobre todo en pisos bacheados, y los ruidos de la capota empañan las sensaciones únicas que transmite este superdeportivo italiano.