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GESTIÓN

El teatro Salón Cervantes de Alcalá, del XIX, reabre tras una reforma de 760.000 euros

Oriol Güell

El teatro Salón Cervantes, de Alcalá de Henares, construido en 1890, acogió ayer la primera representación tras la reforma a la que ha sido sometido durante el último año a causa de la plaga de termitas que obligó a clausurarlo el pasado septiembre. El alcalde, Bartolomé González (PP), y el director general de Patrimonio de la Comunidad, Javier Hernández, descubrieron por la mañana una placa de conmemoración. Las obras han costado más de 760.000 euros, de los que 287.000 han sido aportados por el Gobierno regional, y el resto, por el Ayuntamiento.

El telón volvió ayer a levantarse en el teatro Salón Cervantes de Alcalá tras 11 meses de intensos cuidados para recuperar el edificio de la plaga de termitas que estuvo a punto de llevarlo a la ruina el año pasado.

Las viejas maderas de pino que desde 1890 sostenían el espacio escénico presentaban en septiembre de 2003 tal deterioro que el Ayuntamiento se vio obligado a suspender a última hora el estreno de La noche al desnudo, un montaje dirigido por Pape Pérez y protagonizado por Blanca Marsillach. Anoche fue una obra de Miguel Delibes, La guerra de nuestros antepasados, dirigida por José Sámano e interpretada por Manuel Galiana y Juan Jesús Valverde, la que subió al escenario.

Las termitas pueden estar décadas consumiendo la madera de un inmueble sin dar señales que alerten del deterioro en marcha. Pero cuando los desperfectos son visibles, el proceso está ya muy avanzado. Esto fue lo que sucedió en el teatro Salón Cervantes.

Tras la aparición de algunas grietas durante el verano, éstas se fueron ensanchando rápidamente hasta alcanzar hasta tres o cuatro centímetros de grosor en la zona del anfiteatro. Inmediatamente empezaron a producirse desprendimientos de escayola en la balaustrada y los pilares del teatro.

Además de las termitas, el arquitecto municipal encontró fallos en la cimentación o en sus bases de apoyo. La ausencia de documentos sobre esta parte de la estructura, explicó entonces el arquitecto municipal, dificultaba la tarea de averiguar el deterioro real de la sala escénica, por lo que el Ayuntamiento, apoyado por la Comunidad de Madrid, optó por el cierre del local para emprender una reforma a fondo.

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Ahora nuevos apoyos de hierro han reforzado la vieja estructura de madera, y la carpintería y las cubiertas han sido sustituida por otras nuevas. La sala de butacas del teatro ha perdido en el proceso 30 de sus antiguos 480 asientos. Pero ha ganado en confortabilidad y nuevos espacios para los minusválidos.

Además, el intenso calor y los ruidos del antiguo aparato de aire acondicionado que debían soportar los espectadores antes de la reforma "quedarán para el recuerdo", según un portavoz municipal.

"El nuevo sistema de refrigeración es mucho más potente, además de totalmente silencioso", añadió este portavoz.

Los asistentes a las fiestas de San Bartolomé, que empezaron ayer, disfrutarán del nuevo teatro, en el que los próximos días, además de La guerra de nuestros antepasados, serán representadas Nadie es perfecto, de Simon Williams; Abril en París, de John Godber, y Divinas palabras, de Valle-Inclán.

La reapertura del teatro Salón Cervantes es el aperitivo de las celebraciones del cuarto centenario de la primera edición de El Quijote, obra del insigne vecino de la ciudad Miguel de Cervantes, que se celebrarán el próximo año.

Esta sala fue comprada en 1986 a su anterior propietario, José Calleja, que en un principio no quería desprenderse ni de éste ni del teatro Cervantes, de la misma ciudad. La compra ascendió a 110 millones de pesetas, aportados en un 80% por la Comunidad de Madrid y en un 20% por el Ayuntamiento alcalaíno. La restauración fue realizada por el arquitecto Miguel Verdú, experto en reconstrucción de teatros.

Este edificio fue construido a finales del XIX en 29 días por la iniciativa de un grupo de ciudadanos deseosos de promover la vida cultural alcalaína. Durante muchos años fue teatro junto con el Cervantes -la tradición cervantina de Alcalá hace que los dos reciban el mismo nombre-. A partir de los años cuarenta, el teatro Salón Cervantes pasó por diversas vicisitudes, tiempo durante el cual ha sido desde cine hasta bingo. En abril de 1989 Alcalá recuperaba su teatro Salón Cervantes.

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Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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