Treinta heridos leves en la evacuación de emergencia de un avión de Spanair en Colonia
Una humareda obligó a abortar el despegue del aparato en el aeropuerto alemán
Una fuerte humareda causada por un defecto en el sistema hidráulico provocó ayer la evacuación de emergencia de 168 pasajeros de un avión de Spanair que se disponía a despegar, rumbo a Palma de Mallorca, en el aeropuerto alemán de Colonia. Treinta personas, entre ellas los seis integrantes de la tripulación, resultaron levemente heridas. Pese al susto, la mayoría de los viajeros -todos ellos veraneantes alemanes- aceptaron embarcarse en un segundo vuelo, que partió por la tarde y llegó hacia las 20.30 sin novedad a Palma de Mallorca.
Eran las 10.10 y el McDonnell Douglas 83 de la aerolínea Spanair estaba ya en movimiento, a punto de enfilar la pista del aeropuerto de Colonia. A bordo, 168 pasajeros alemanes a punto de iniciar sus vacaciones en Mallorca. De repente, en la cabina se comenzó a expandir una densa humareda. "Mi hijo fue de los primeros en notarlo. 'Fuego, fuego', gritó", contaría después Marion Schuhmacher, una de las pasajeras del avión.
El piloto decidió interrumpir la operación de despegue y proceder a la evacuación por los toboganes de emergencia. Veinticuatro pasajeros resultaron levemente heridos al aspirar el humo o deslizarse por los toboganes. Tras ser examinados en hospitales cercanos, todos ellos ya habían sido dados de alta por la tarde, según un portavoz de Neckermann, el operador turístico alemán que había fletado el avión de Spanair. También los seis miembros de la tripulación fueron sometidos durante unas horas a vigilancia médica.
El percance se originó en un conducto hidráulico defectuoso desde el que se derramó aceite sobre un grupo electrógeno muy caliente, según las primeras investigaciones. Resultado: una densa humareda, que se expandió primero por el compartimento de carga y después por la parte trasera de la cabina de pasajeros.
Al contrario de lo que se temió en un primer momento, en ningún momento hubo llamas, informó Reinhard Schiebler, encargado de los bomberos en el aeropuerto de Colonia. "El piloto hizo lo correcto: al registrar humo en la cabina, tenía que ordenar la evacuación", dijo Schiebler, que además subrayó que el percance no hubiese sido el mismo con el avión ya en el aire. El grupo electrógeno en cuestión -vinculado al suministro de electricidad en tierra- se desconecta automáticamente tras el despegue.
Debido a la operación de rescate y evacuación, los demás vuelos en el aeropuerto de Colonia tuvieron que suspenderse durante un cuarto de hora. Spanair ofreció a los pasajeros un segundo vuelo, en otro avión, a las 17.30. Pese al susto, cerca de 130 de ellos decidieron proseguir el viaje, según el portavoz de Neckermann. Los demás prefirieron tomarse un respiro.
Por su parte, Spanair restó importancia al incidente. "El ejemplo lo dieron los propios pasajeros, cuya mayor preocupación era llegar a la isla cuanto antes, para disfrutar de sus vacaciones".
Según fuentes de la empresa, la densa humareda que inundó la cabina de los pilotos y parte de la de pasajeros fue provocada por "una fuga del líquido hidráulico del motor del aire acondicionado", una avería "en absoluto grave", que no obstante impidió el despegue del aparato. "Se le ha dado demasiada importancia al suceso", concluían en el gabinete de comunicación de la compañía, aunque sin embargo reconocían que "posiblemente habría sido necesario un aterrizaje preventivo" en caso de haberse dado el fallo en pleno vuelo.
El avión, un modelo McDonnell Douglas 83, que no sumaba un número excesivo de horas de vuelo, era un charter operado por la compañía Thomas Cook, asociada a Spanair. Spanair, con sede en Mallorca, ofrece diariamente conexiones entre Palma y las principales ciudades alemanas, líneas muy concurridas en verano. Según Spanair, "la mayoría de ellos [los pasajeros], excepto los pocos que se sintieron indispuestos", prefirió no retrasar más el inicio de sus vacaciones, por lo que fueron recolocados en un aparato de Hapag Lloyd.
Momentos de pánico
Tras aterrizar en Palma, hacia las 20.30, una pareja joven con su hija de ocho años relató, ya aliviada, el episodio. "Comenzó a salir mucho humo de los conductos de aire acondicionado, en la parte trasera del avión. Nosotros estábamos en la fila seis y vimos cómo la gente de atrás empezaba a toser, algunos se marearon y algunos incluso perdieron el sentido. Hubo momentos de pánico y muchos nervios. Pero después de todo estamos felices de poder estar en Mallorca para nuestras vacaciones".
Fuentes de la oficina de Spanair en el aeropuerto de Son Sant Joan, en Palma, revelaron el malestar causado en la empresa por la "exagerada" versión del incidente que la responsable de comunicación del aeropuerto de Colonia ofreció a los medios.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.