Los inmigrantes hacinados en Melilla serán realojados en tiendas de campaña
Unos 38.000 magrebíes y subsaharianos han sido rechazados en la frontera en lo que va de año
Los más de 300 subsaharianos que malviven en las chabolas que rodean el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla tendrán alojamientos más dignos dentro de dos semanas. El delegado del Gobierno en la ciudad autónoma, José Fernández Chacón, aseguró ayer que en ese plazo las chabolas quedarán sustituidas por tiendas de campaña "homologadas, con capacidad para unas 20 personas cada una". Unas tiendas que se podrán montar y desmontar "en función de las necesidades de alojamiento que en cada momento se vayan produciendo".
Las chabolas existen desde que se creó el CETI, en 1999, un refugio por el que habían pasado, a finales de 2003 casi 8.000 personas. Antes de su apertura, más de 1.500 inmigrantes se hacinaban en la granja avícola de Melilla; un espacio habilitado por las autoridades de la ciudad para alojarlos. Por eso sus penurias vienen ya de lejos. Los inmigrantes que viven junto al CETI se han construido sus alojamientos con cartones, tablones de madera y colchones que se encontraban por la calle. Ahora empezarán a vivir como personas.
"Cada tienda tiene un coste superior a los 15.000 euros y la plataforma sobre la que irán instaladas empezará a montarse a partir de la semana que viene", señaló Fernández Chacón, que recalcó que ésta es una solución temporal. El objetivo es que, con el tiempo, sólo queden los inmigrantes que puede acoger el CETI. El delegado del Gobierno descartó que, en ningún caso, estas actuaciones supongan la ampliación de la capacidad del centro por encima de las 480 plazas de las que dispone hoy.
La mejora de las condiciones de alojamiento de los inmigrantes que se encuentran fuera del refugio de Melilla vendrá acompañada de la salida hacia centros de acogida de la Península de 12 personas esta semana, y de al menos otras 62 a final de mes, lo que permitirá que una cifra equivalente de inmigrantes sea realojada en el interior del CETI, en las que serían las primeras salidas de indocumentados del centro después de cinco meses.
Comida e higiene
"En cualquier caso" -destacó el delegado del Gobierno- "el 1 de julio ampliamos el convenio que mantenemos con Cruz Roja. Desde entonces, todos los inmigrantes, ya se encuentren dentro del CETI o en las chabolas del exterior, comen tres veces al día y tienen derecho a ducha dos veces por semana. Además, reciben la misma asistencia jurídica y sanitaria". Fernández Chacón añadió que estas actuaciones forman parte del propósito del Gobierno de dignificar las condiciones de vida de todos los inmigrantes irregulares que hay en Melilla. "No queremos que esto vuelva a pasar. Que nunca más pase lo de las chabolas", concluyó.
La mayoría de los melillenses responde "lleva años pasando lo mismo" cuando se les pregunta si se sorprenden por los continuos intentos de entrada en Melilla de los inmigrantes subsaharianos que se encuentran en Marruecos. En parte tienen razón, porque aunque parezca que sólo intentan pasar en avalanchas como la del pasado día 8, cuando más de 500 trataron de saltar la verja simultáneamente, en realidad, intentos se producen todos los días. Son tan habituales que la noche del martes, mientras agentes de la Guardia Civil se enfrentaban a un pequeño grupo de sin papeles que intentaba saltar la valla, jóvenes melillenses que salían de un local de ocio que se encontraba justo enfrente de donde se producía el forcejeo ni siquiera se pararon a ver qué ocurría. Pero en realidad no siempre ha pasado lo mismo, o al menos no con la misma intensidad. De acuerdo con los datos aportados ayer por el delegado del Gobierno, el número de inmigrantes que han sido repelidos en la verja por la Guardia Civil en los primeros siete meses del año asciende a 38.000. En todo 2003, la cifra fue de 26.000. Si la tendencia continúa, a finales de 2004 el número que habrá intentado entrar en Melilla de forma ilegal saltando la verja puede superar al de habitantes de la ciudad, que asciende a algo más de 70.000.
Pero además, en los últimos años también se ha registrado un aumento de incidentes violentos sobre los agentes de la Guardia Civil que vigilan la verja. Un total de 246 incidencias en 2003 frente a 130 en 2000. La tendencia ascendente continúa este año. Tan solo en los ocho primeros meses de 2004 se han registrado ya 203 actos violentos contra miembros del instituto armado. La explicación de este incremento es doble. Por un lado, la mayor agresividad que muestran los inmigrantes subsaharianos que tratan de pasar a Melilla. El sueño de estar en territorio español está demasiado cerca como para no luchar por él.
La otra razón es la actitud de enfrentamiento que, cada vez más a menudo, mantienen los contrabandistas que pretenden introducir mercancía en Marruecos de forma ilegal. Agentes de la Guardia Civil aseguran que, en muchos casos, los que son localizados se enfrentan a ellos: "En ocasiones, uno o dos agentes se las han tenido que ver con 30 contrabandistas a la vez. Otras veces nos tiran piedras desde el lado marroquí". Las mismas fuentes destacan que rara vez los choques con estos o con inmigrantes terminan causando algo más que pequeños rasguños y contusiones.
En cualquier caso, el aumento de los episodios violentos en la verja no ha provocado inquietud entre los 570 miembros de la Guardia Civil desplegados en Melilla. Fuentes del cuerpo aseguran que el ambiente existente entre los efectivos "es más que bueno".
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