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Reportaje:Atenas 2004 | ATLETISMO

Kenteris: "Tras la crucifixión viene la resurrección"

El campeón de los 200m y Thanou argumentarán hoy ante el COI que sufrieron su accidente de moto al correr para someterse al control antidopaje

Las decenas de periodistas que montaban guardia desde la madrugada del viernes 13 a la puerta del hospital KAT tuvieron su recompensa a la una de la tarde de ayer -previsoras, las periodistas televisivas vestían rigurosos trajes de chaqueta, olvidados los vaqueros, las camisetas rosas y los ombligos al aire-, cuando un Opel deportivo gris plata aceleró a toda mecha por la rampa para frenar 40 metros después, qué exageración, ante la verja de entrada. No le quedaba más remedio. En el asiento del copiloto, sin bajarse, visera azul, camiseta azul, mirada baja, Kostas Kenteris, el esperado, abandonaba el centro médico con el alta en el bolsillo. Y... empezó a hablar, a dirigir su voz hacia el ramillete de micrófonos que lo asediaban.

Como no en vano su entrenador, protector, mentor, patrón, se llama Christos [Tsekos] y como él mismo es de una religiosidad a prueba de dudas, no pudo por menos el sprinter de Lesbos, el hombre más rápido y más dudoso de las helénicas tierras, que asimilarse al mártir que a través del suplicio se santifica. "Me han crucificado, pero después de la crucifixión llega la resurrección", advirtió todo serio. Unos minutos más tarde, en un vehículo más modesto, abandonó el recinto su compañera de martirio, la rápida e igualmente dudosa Ekaterini Thanou. Ambos pudieron irse a cualquier parte de Atenas salvo a la Villa Olímpica, ya que el comité griego les ha apartado del equipo mientras no se resuelva su situación.

El COI, que es un organismo, no tiene religión y no se deja impresionar por las declaraciones de fe y las amenazas de los atletas ni por sus proclamaciones de inocencia. Así que no aceptará más peticiones de aplazamiento y mantiene para hoy por la mañana la vista en la que la comisión disciplinaria especialmente dispuesta para tratar el caso Kenteris-Thanou, formada por Thomas Bach, Denis Oswald y Serguéi Bubka, interrogará a fondo a ambos. Las preguntas versarán sobre el cómo y el porqué los dos, capaces de brillar en Juegos Olímpicos y los Campeonatos del Mundo para desaparecer después de la faz de la tierra, no estaban donde decían estar cuando los inspectores antidopaje fueron a someterlos a un control inopinado en un hotel de Chicago a primeros de mes y en la propia Villa el pasado día 12.

A sus andanzas en la segunda fecha, Kenteris, campeón de los 200 metros en Sidney 2000, y Thanou, subcampeona olímpica y campeona europea de los 100, ya respondieron en el hospital a los policías de Glifada que investigan el accidente de moto que les costó la hospitalización en la noche del 12. En resumen, les dijeron que habían llegado a la Villa a las tres de la tarde y que, después de ver sus habitaciones, se fueron a Atenas, cada uno por su lado, a recoger sus bártulos y que por eso no estaban allí cuando los inspectores anunciaron a su jefe de equipo que iban a controlarlos. Ambos juran que no recibieron ninguna llamada en su teléfono móvil en toda la tarde y que sólo a las diez de la noche se enteraron de que les buscaban. Nerviosos y acelerados, cogieron una moto para volver a la Villa y someterse el control y fue entonces cuando se accidentaron.

Después de oírles, los miembros de la comisión del COI elevarán sus conclusiones al ejecutivo del organismo olímpico, que probablemente decidirá su expulsión de los Juegos por dopaje. Según el reglamento del COI, dos faltas de presentación a un control en periodo olímpico equivalen a un positivo.

Kenteris (a la izquierda) abandona el hospital. En la foto de la derecha, Thanou acerca su rostro a la ventanilla de su coche.
Kenteris (a la izquierda) abandona el hospital. En la foto de la derecha, Thanou acerca su rostro a la ventanilla de su coche.REUTERS / AP

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