Afectados del Yak-42 denuncian que se censuraron fotos y escritos
Se quejan de que les dieron diarios mutilados e imágenes digitales borradas
Varias familias de las 62 víctimas del accidente del Yak-42, ocurrido el 26 de mayo de 2003, denuncian que el Ministerio de Defensa depuró el equipaje recuperado. Citan indicios de que se intentó eliminar el material gráfico (cámaras digitales con la memoria borrada tras el accidente) y escrito (diarios entregados con hojas arrancadas) para borrar pruebas o testimonios del mal estado de los aviones de transporte de tropas.
La familia del comandante Novo recuperó meses después del suceso 54 fotos borradas
A su sospecha de que se depuró el material incómodo para Defensa, los familiares denunciantes unen su convicción de que, por razones desconocidas, se les entregó sólo una mínima parte del equipaje de las 62 víctimas salvado del accidente. Aportan pruebas de este desfase: objetos inventariados en el lugar del siniestro por los funcionarios turcos nunca llegaron a los familiares. Este diario solicitó, sin éxito, el pasado jueves la versión del ex ministro de Defensa Federico Trillo a través de su partido, el PP.
Una de las familias que con mayor contundencia plantea este panorama es la del comandante Antonio Novo. Su hijo, Diego Novo, relata la siguiente secuencia de hechos: en julio de 2003 recibió una nota del gabinete técnico del ministro de Defensa. Comunicaba que no había sido posible identificar ninguna de las pertenencias de su padre, y les invitaba a reconocer una serie de objetos sin dueño conocido, como relojes, cámaras fotográficas, libros, regalos o ropa. Localizaron varios objetos propiedad del comandante Novo: una cámara réflex, un reloj digital Casio, una navaja y unos sellos.
Todos estos objetos deberían haber estado dentro de la mochila azul que utilizaba como maleta el comandante Novo. La familia la daba por perdida en el accidente. Para su sorpresa, en una página web turca descubrieron hace dos semanas una foto en la que se veía perfectamente su mochila azul apilada con otros equipajes salvados del accidente y bajo custodia de un soldado turco. "¿Si la mochila se salvó, por qué no recibimos todo su contenido?", se preguntaron.
Segunda sorpresa. En febrero pasado, alertados por un militar, acuden a reclamar a Defensa una segunda cámara, de tipo digital, que usaba el comandante Novo para su trabajo informativo. Se les entregó la cámara con la tarjeta de memoria vacía, hecho que les advirtieron responsables del ministerio. "No tiene ninguna foto", asegura Diego que les dijeron.
La familia, sin embargo, llevó a dos laboratorios la máquina fotográfica. En un primer intento recuperó siete fotos; en un segundo, a través de un laboratorio vinculado al Ministerio del Interior, rescató 54 fotos. Una de las fotos salvadas les había sido remitida impresa a finales de septiembre de 2003 por Defensa. Muestra al comandante Novo recibiendo un jamón en Kabul el 25 de mayo de ese año, el día de la partida del fatídico vuelo. "Mi padre, en pleno ajetreo de su salida, no iba a revelar sólo esa foto de todas las que tomó horas antes de embarcar. No tuvo tiempo", acusa Diego Novo. En efecto, de la memoria gráfica que Defensa daba por pérdida salieron fotos del embarque en el Yak-42. El laboratorio utilizado les dio una sorprendente explicación: "la tarjeta de la memoria fue borrada en julio de 2003", dos meses después del accidente, sostiene el hijo del comandante Novo. El borrado pudo ser neutralizado porque no hubo fotos posteriores.
Diego Novo amplía su acusación: "No hemos recuperado todas las fotos. Creemos que mi padre hizo fotos a los aviones que llegaban a Kabul en sus meses de estancia, incluso del interior.También sabemos que a la viuda del comandante Javier Gimeno de la Guardia Civil, agente del CNI, le entregaron su cámara digital con las fotos igualmente borradas, y que luego, como nosotros, recuperó varias imágenes. Creemos que Defensa hizo una depuración de las pertenencias de los militares fallecidos para ocultar cualquier posible deficiencia reflejada en fotos o documentos".
Un familiar de una víctima del Yak-42 que suele protagonizar denuncias de este colectivo -en este caso exige anonimato- dice que tiene conocimiento de la depuración y destrucción de pertenencias de los fallecidos: "Me consta que ha habido órdenes en Defensa al respecto para destruir equipaje que se depositó en la base militar de Getafe, pero será muy difícil poder demostrarlo por escrito".
Un letrado vinculado a la defensa de afectados del Yak-42 arropa tal acusación -"sobre todo, no se han recuperado ni los ordenadores ni las cámaras que portaban la mayoría de los soldados fallecidos", explica-, pero pide no identificarse en tanto no se formalice la denuncia.
La familia del capitán Ignacio González Castilla no entra a valorar su significado, pero sí precisa que nunca recuperó la agenda digital que portaba el fallecido ni sus complementos, y, por contra, sí se les entregó su ropa, y también los regalos que traía para sus hijos.
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