El viento del Egeo, protagonista
Miguel Sánchez, entrenador y meteorólogo, ha estudiado desde 2001 el fuerte y seco 'meltemi'
El meltemi es un viento del norte bien conocido por los navegantes del mar Egeo entre mayo y septiembre. Causado por una depresión sobre Turquía, se refuerza si hay anticiclón en los Balcanes. Suele ser fuerte y seco y aumenta su potencia al canalizarse por las islas como si se metiera por una manguera. Menos mal que justamente Atenas queda fuera de ese embudo y no le afecta tanto. Pero, aun así, en la bahía en la que se disputa la vela olímpica, soplaba ayer a 22 nudos por hora con rachas de 30, es decir entre casi 41 y más de 55 kilómetros por hora. El inmenso transatlántico Queen Mary 2, fondeado en El Pireo, no lo nota, pero sí los pasajeros cuando entran o salen del muelle. Con más de 20 nudos (37 kilómetros por hora), la mayoría de los barcos de la vela ligera, mosquitos en comparación, no pueden navegar.
En esas condiciones sólo salieron ayer dos clases, Finn y Yingling, las más lentas y que no ofrecen peligro de vuelcos y otras averías. En la prueba individual, Rafael Trujillo terminó de confirmar sus aspiraciones a una medalla y va el segundo en la clasificación general. Tras seis regatas, el podio parece asegurado. Está espléndido técnica y físicamente. A ello le ha ayudado el enorme trabajo planificado desde la federación, incluido el del estudio del viento.
Miguel Sánchez es entrenador, y como tal estuvo en Sidney 2000, pero también es meteorólogo. Hace tres días regresó a Palma para dejar a otro técnico una de las escasas acreditaciones que el COI da a los equipos: "Es mejor que vaya un entrenador que no yo. Puedo seguirlo por Internet". Sánchez se conoce el campo de regatas como su despacho. Desde 2001 se ha pasado en estas fechas fondeado en una lancha las cinco horas que duran las regatas, de una a seis de la tarde, para conocer el viento. "Me llevaba una novela porque era aburrido. He hecho de boya meteorológica. Los griegos las pusieron y tenían los datos, pero no los han dado hasta este año. Y nosotros los necesitábamos para entrenarnos en las mismas condiciones".
Su trabajo era conocer las variaciones del viento en el espacio y cómo evolucionaba en el tiempo. Se llevó una estación meteorológica como las que llevan los cruceros de las regatas para grabar las condiciones. Así conoció bien el meltemi y el otro viento que sopla en la bahía ateniense y el golfo de Salónica. Es del sur y de intensidad floja-media, entre 6 y 12 nudos, una brisa suave, más previsible. Según Sánchez, las condiciones actuales son las que se esperaban: "Sólo ha cambiado el que otros años había vientos más fuertes a primeros de mes, pero no tan entrado. Pero, bueno, va a estar dos días más y después parece que vuelve la brisa".
A Trujillo, gaditano, le da igual cualquier viento, pero el fuerte le va. Ya está en el codo a codo con la gran estrella, el británico Ainsle, que se colocó líder tras ganar la segunda de las dos regatas de ayer, en la que él fue el tercero. Pero con su segundo lugar en la primera va en este puesto de medalla de plata en la general provisional.
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