Alexander Hammid, autor de cine experimental y documentales políticos
Alexander Hammid, cineasta cuya obra abarcó desde los inicios del movimiento experimental en Checoslovaquia hasta los primeros documentales antinazis o los actuales espectáculos Imax, falleció el 26 de julio en su casa de Manhattan a los 96 años.
Hammid, cuyo nombre original era Alexandr Hackenschmied, nació en 1907 en Linz, una ciudad que por entonces formaba parte del Imperio Austro-Húngaro. Su fascinación por el cine, sobre todo por la obra de experimentadores como Germaine Dulac, Joris Ivens, Walter Ruttman, Man Ray y Luis Buñuel, surgió mientras estudiaba arquitectura y descubría la fotografía en Praga. Influido por la Bauhaus y el constructivismo, en 1930 realizó su propia película experimental, Un paseo sin rumbo, que muestra las calles desoladas y los muelles de un suburbio, un hombre montado en un tranvía e incluye complejas reflexiones. La rodó con una cámara de mano prestada, retazos de película virgen y un presupuesto de unos cinco dólares.
En su segunda película, El castillo de Praga, realizada en 1932, utilizó el desplazamiento de la cámara para hacer que las piedras del castillo y de su catedral gótica bailaran al son de la música. Su "cámara poética permaneció dormida durante unos 10 años", escribió, porque se vio atrapado en la rueda del cine utilitario y comercial, incluido un acuerdo con el productor y director independiente estadounidense Herbert Kline. Sus documentales políticos, Krize, considerada por la National Board of Review estadounidense una de las 10 mejores películas de 1939, y Fuera luces en Europa han quedado como descripciones clásicas del ascenso del nazismo.
Hammid huyó de Checoslovaquia un mes antes de que entraran las tropas de Hitler y emigró a Hollywood, donde colaboró con Kline y rodó en México la adaptación de la novela de John Steinbeck, El pueblo olvidado.
En 1946 se casó con la bailarina y poeta Elenora Deren. Juntos realizaron Meshes of the Afternoon, una de las primeras películas vanguardistas de Estados Unidos, en la que ambos estrenaron nombre: Maya Deren y Alexander Hammid. Muestra de la fusión de las ideas de Maya con el manejo de la cámara de Hammid, Meshes of the Afternoon, una película muda en blanco y negro llena de metáforas visuales, se convirtió en la obra experimental más conocida de la década, ayudando a promover una estética y un método cinematográficos enormemente distintos de los habituales en Hollywood. La pareja realizó cuatro películas más, en las que Hammid aportaba la experiencia técnica y Deren, que figuraba como directora, tenía que ejecutar las instrucciones detalladas en sus guiones de rodaje. En 1948, tras divorciarse de Deren y producir películas para la Oficina de Información de Guerra de Estados Unidos y para la ONU, Hammid se casó con Hella Heyman, especialista en foto fija.
Las obras que realizó durante los años cincuenta y sesenta muestran su pasión por las artes y van desde una colaboración en la ópera The Medium, de Gian Carlo Menotti, a una serie documental sobre las clases magistrales dadas por el violonchelista Pablo Casals y el violinista Jascha Heifetz, pasando por la grabación del montaje de Night Journey creado por la coreó-grafa Martha Graham (1960). De 1962 a 1988, Hammid unió sus fuerzas con Francis Thompson para realizar To be alive! -un documental que ganó un Oscar y que fue proyectado en la Feria Mundial de Nueva York en 1964-1965- y To fly, una de las primeras películas en el sistema Imax, que, después de casi 30 años, sigue proyectándose en el Museo del Aire y el Espacio de la Smithsonian Institution.-
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