Casi 50 ancianos han muerto solos en lo que va de año, según un cálculo judicial
El Ayuntamiento rebaja a 30 la cifra de fallecidos sin ninguna asistencia
El número de personas mayores que mueren en soledad sigue imparable en la capital y la cifra se incrementa en verano. Así al menos lo demuestran los datos facilitados por fuentes judiciales. Éstos señalan que 48 madrileños han fallecido hasta el 1 de agosto sin ninguna compañía. Sin embargo, el Ayuntamiento maneja otras cifras: hasta el 1 de julio habían fallecido 30 mayores en soledad. El Consistorio sólo computa las víctimas que cumplen dos requisitos: que lleven más de tres días muertos en sus casas y que no tengan familiares o amigos que se responsabilicen de ellos.
Los datos judiciales de los que dispone EL PAÍS arrojan un triste balance: en los siete primeros meses del año, 75 vecinos de la capital han muerto solos en sus domicilios, sin recibir ningún tipo de ayuda por parte de familiares o amigos. De esa cifra, 48 corresponden a personas que superan los 65 años. Estas cifras arrojan una trágica media y es que cada cuatro días y medio un mayor es hallado muerto en su casa, después de que le echen en falta sus allegados o conocidos.
Los datos facilitados por el Ayuntamiento recogen que son 30 los mayores fallecidos en soledad hasta el 1 de julio, lo que supone en primer lugar un mes menos (el de julio) frente a la estadística judicial. Además, la Concejalía de Empleo y Servicios al Ciudadano, a cuyo frente está la concejal Ana Botella, impone dos requisitos para el cómputo de víctimas: primero, éstas deben llevar muertas un mínimo de tres días; segundo, ninguna persona es responsable, directa o indirectamente, del mayor. Si se sigue el criterio municipal, en Madrid ha muerto en el primer semestre un mayor cada seis días. Los meses con mayor incidencia de este fenómeno han sido enero y abril, con seis cada uno, seguidos de febrero y mayo (cinco), y marzo y junio, con cuatro.
El año pasado, 96 ancianos fueron hallados muertos en soledad en 2003, según los datos que difundió Ana Botella el pasado 2 de febrero. Los datos que manejaba este periódico elevaban esa cifra hasta los 115. Lejos quedaban en ambos casos los 69 óbitos que se registraron durante el año anterior.
Verano
Los meses de verano, según revelan los datos judiciales, registran la mayor incidencia de muertes solitarias. Las altas temperaturas y la falta de control de la medicación de los ancianos, junto con problemas de deshidratación y ataques agudos de las dolencias que padecen disparan la mortandad entre este colectivo.
Las mujeres suelen superar en número a los hombres. De hecho, hay mayor número de viudas que de viudos que residen solos en sus casas, sin más compañía que algún perro o gato. Estos animales se han mostrado reveladores en más de una ocasión de una desgracia, ya que los canes o los mininos no han dejado de ladrar o maullar ante la ausencia de movimiento de sus dueños.
Otras veces, son los propios vecinos los que se dan cuenta de la ausencia del mayor al no verlo durante varios días seguidos. Algunos residentes llaman directamente a la policía. Otros, por el contrario, intentan localizar a los familiares de los ancianos para que se hagan cargo de la situación. El peor método para percatarse de la ausencia de los ancianos sigue siendo el hedor que desprende la casa tras llevar varios días fallecidos.
La oposición siempre ha exigido al gobierno municipañ medidas urgentes y efectivas para frenar estos óbitos. La concejal socialista responsable de los asuntos de mayores y cooperación, Pilar Estébanez, critica "la dejadez y preocupante pasividad" en la forma en la que el PP está afrontando este problema. Los socialistas han solicitado en reiteradas ocasiones al Ayuntamiento que elabore un mapa y una evaluación de todas las personas mayores que viven en la capital para saber sus necesidades. De momento, siempre han recibido el silencio por respuesta, porque, en opinión de Estébanez, es "un tema que no les interesa".
Más trabajadores sociales
Por su parte, IU también ha pedido medidas urgentes que deberían incluir la asignación de 21 nuevos trabajadores sociales (uno por distrito) a programas de visitas a los domicilios de las personas mayores, el incremento del servicio de teleasistencia y el mapa exigido por los socialistas.
En Madrid hay empadronadas 3.182.138 personas, según datos de 1 de enero de este año. De esa cifra, 602.524 corresponden a mayores de 65 años, lo que representa el 18,93%. De éstos, viven solos 135.895 (110.689 mujeres y 25.206 hombres), lo que supone el 22,65% de las personas mayores.
El mayor riesgo lo corren sin embargo los mayores de 80 años, cuyo número en la actualidad es de 156.300. El 34,74% de éstos (52.728) viven solos, según los datos que maneja el Ayuntamiento de Madrid.
Una solución que siempre se apunta por parte de los políticos para intentar afrontar este problema de la muerte en soledad es la llamada teleasistencia. Se trata de una pulsera o de un collar con un dispositivo para que los ancianos lo activen si necesitan ayuda urgente. A través de su línea telefónica, Servicios Sociales puede saber si el anciano se ha caído o si tiene algún problema grave.
El Ayuntamiento y la Comunidad firmaron el 7 de enero de 2003 un plan para mejorar la atención que reciben los 132.000 ancianos que viven solos en la capital, en especial, los 50.000 que han superado los 80 años. El plan consistía en dotar de teleasistencia a 45.000 mayores, que se sumarían a los 13.000 que ya disponen de este servicio.
El 40% de las estancias hospitalarias corresponde a los ancianos
Los tres hospitales de media y larga estancia que funcionan en Madrid, especializados en geriatría, están siendo "renovados y modernizados" ante la perspectiva del envejecimiento poblacional y la evidencia de que entre e 35% y el 40% de las estancias hospitalarias corresponden a este colectivo. Estos tres centros (Guadarrama, Virgen de la Poveda y Fuenfría), que disponen en total de 641 camas, tuvieron el año pasado 2.772 ingresos, lo que supone una ocupación media del 85%.
Según fuentes de la Consejería de Sanidad y Consumo, el aumento de la población anciana en la última década ha repercutido en un incremento de la asistencia especializada a este colectivo en la última década, con una frecuencia en la prestación de servicios que "triplica a la ofrecida a la población general".
El hospital de Guadarrama (160 camas) recibe principalmente a pacientes de Puerta de Hierro, El Escorial y del Clínico San Carlos, mientras que el Virgen de la Poveda (184 camas) ha establecido programas de derivación de pacientes con los hospitales de Móstoles, Alcorcón y con el Servicio de Geriatría del Clínico, y actualmente se están ampliando para incluir también a los hospitales de Fuenlabrada, Getafe, o Leganés.
Durante este año, según anunció la Consejería de Sanidad, se va a iniciar un programa de colaboración con los Servicios de Salud Mental, que permitirá a este centro tratar a 40 pacientes necesitados de cuidados psiquiátricos y geriátricos prolongados.
La Fuenfría (297 camas) recibe principalmente pacientes procedentes de los hospitales Puerta de Hierro, Clínico y Ramón y Cajal, según informó el Gobierno regional.
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