Osos a la vista

Lo primero que impresiona es la belleza del lugar: un laberinto de torcas, paredones, farallones y cavidades cubiertas de una densa vegetación que cierran el valle. Lo segundo que salta a la vista es un enorme portón; en este sitio se le ha puesto puertas al campo: es el parque cinegético de El Hosquillo, en la serranía de Cuenca, muy cerca de Las Majadas.

A la hora acordada se abre la gran puerta de madera. Los exploradores suben a sus vehículos para seguir a los guías que emprenden el recorrido en coche por una estrecha carretera. Pronto se llega a los centros de educación ambiental. En el Museo Cinegético se instruye sobre la reproducción de los osos; la vida de los lobos; las diferencias entre la cornamenta de gamos, ciervos, corzos, muflones y cabras hispánicas que viven en régimen de semilibertad en este valle excavado por el río Escabas, una auténtica barrera natural. En el centro de interpretación de la naturaleza, paneles interactivos, puzzles y maquetas permiten aprender jugando con la flora y la fauna, identificar aromas de plantas, a los habitantes del agua o el trinar de las diferentes aves.

Visitas en silencio

Es el momento de salir y contrastar toda la información recibida. Hay que seguir al guía que lleva a los visitantes en silencio a los diferentes recintos disimulados entre la vegetación y desniveles del terreno para observar a los ciervos, o separados por vallas desde las que mirar a los lobos. Después, los monitores anuncian que hay que volver a los coches para remontar un empinado sendero. En el trayecto se ven gamos atisbando a los intrusos, y es posible contrastar los diferentes ecosistemas del parque; en los altos riscos anidan aves rapaces, como el águila real o el halcón peregrino. La vegetación está compuesta por especies de gran valor ecológico: tilo, acebo, arce, avellano, espino cerval, saúco, pino silvestre, pino laricio, tejo, álamo temblón; y en los ríos Escabas y de las Truchas destacan las truchas y las nutrias.

La nueva cita es en un paraje privilegiado de El Hosquillo, cercado de forma natural por impresionantes paredes calizas, más un cerramiento metálico que deja entrever que detrás se verá a algún animal. Una larga pasarela de madera permite a los visitantes situarse en posición privilegiada para contemplar el panorama y ver bajo sus pies a una pareja de osos que aparece atraída por el festín de frutas con que les agasajan sus cuidadores. Si se levanta la vista se puede contemplar la silueta de buitres leonados: no por gusto a este lugar se le denomina rincón del Buitre.

El Hosquillo, llamado así por su orografía hosca y de difícil acceso, fue creado en octubre de 1964 como parque cinegético experimental para la recuperación y aclimatación de especies ya desaparecidas en la serranía de Cuenca. En julio de 1996 pasó a depender de la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente de Castilla-La Mancha. Además del estudio y reproducción de especies cinegéticas, el parque ofrece un marco inmejorable para la realización de actividades de educación ambiental.

Para finalizar la excursión, los más aventureros pueden contemplar el valle desde el mirador de la peña del Reloj, a 1.530 metros, que está a 20 minutos andando por una pista forestal de un kilómetro que parte de la misma puerta de acceso al parque.

- El Hosquillo está a 47 kilómetros de Cuenca por la CM-2105 hasta Villalba de la Sierra. Se toma la carretera de la sierra que pasa por Las Majadas y continúa 10 kilómetros hasta El Hosquillo. Abierto de abril a mediados de diciembre. Visitas: sábados y domingos: 11.00 y 16.30.

Información: 969 17 83 62. Entrada gratuita.