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Reportaje:Atenas 2004 | La ceremonia inaugural

Una festiva vuelta a los orígenes

Un espectáculo que pretende ser menos folclórico que el de Barcelona y más original que el de Sidney reflejará el espíritu de la Grecia antigua

Cuando esta tarde, a partir de las 19.45 (TVE-1 y Teledeporte), el fuego olímpico arda de nuevo sobre el pebetero del Estadio Olímpico de Atenas, no sólo quedará inaugurada la 28ª edición de los Juegos Olímpicos. Un viaje en el tiempo de casi 3.000 años también dará inicio. Porque fue en esa época, por el 776 A.C., y en este país, donde unas cuantas mentes lúcidas se inventaron esta gran fiesta del deporte. Como antes lo habían hecho con la civilización o con la filosofía, desde Olimpia, los griegos esparcieron las semillas olímpicas por el resto del mundo. Claro que tantos siglos después el gran acontecimiento ha perdido buena parte de los signos de identidad y de los valores que lo caracterizaban entonces. Atrás queda su simbolismo religioso y su carácter amateur. Hoy los Juegos son un acontecimiento deportivo, económico y social de primera magnitud. Y este año, además, una auténtica muestra de cómo el terrorismo internacional ha cambiado el mundo. Pero sea como fuere, hoy, como ya sucedió en 1896, en lo que supuso el renacimiento de los Juegos por iniciativa del barón Pierre de Coubertain, la mayor fiesta del deporte regresa a Atenas, vuelve a Grecia.

El único misterio que queda por desvelar es cómo la llama olímpica llegará hasta el pebetero
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Y ese simple hecho es suficiente para que la ceremonia de inauguración sea única e irrepetible. Ideado por el joven coreógrafo griego Dimitris Papaioannou, el espectáculo, que se prolongará durante tres horas y media y contará con la participación de 4.000 personas, nace y muere con Grecia en el epicentro de su simbología. Papaioannou, que ha bebido en las fuentes de Barcelona 92 y en las de Sidney 2000 para crear su montaje, ha querido recuperar el espíritu de la Grecia antigua y los elementos que en su momento propiciaron el alumbramiento de los Juegos, a través de un espectáculo menos folclórico que el de Barcelona y más original que el de Sidney.

Como en Barcelona, la ceremonia contendrá continuas alusiones al mar y a la cultura mediterránea, pero con un carácter más sobrio y con menos elementos del folclore de la Grecia actual. Valiéndose de los medios tecnológicos más avanzados, el montaje invita a recorrer la historia de este país, desde los tiempos minoicos, pasando, entre otras, por la época arcaica, hasta llegar a la Grecia de hoy. No habrá reivindicaciones nacionalistas como sucedió en Sidney con los aborígenes, ni alusiones a la diversidad cultural dentro del país como pasó en Barcelona, donde las diferentes tradiciones que componen el estado español fueron representadas. Aquí, Papaioannou transmite un mensaje que asimila el devenir de Grecia a la historia de la humanidad.

Así, cuando los 70.000 espectadores llenen el Estadio Olímpico, se encontrarán el césped central convertido en un hermoso lago por el que, tras el pequeño espectáculo inicial -al estilo americano, un par de presentadores tratarán de amenizar las horas de espera-, irán desfilando diferentes elementos del montaje. Desde un barquito de papel, hasta el fuego que en un momento del espectáculo llega hasta el agua o la figura mitológica del minotauro.

Entre el principio y el final del espectáculo de Papaioannou, en el que también participarán la cantante Björk y la actriz griega Irene Papas, se producirá el tradicional desfile de los países participantes que, este año, han batido un nuevo récord: 202, entre los que, por primera vez, aparece Timor Oriental portando su propia bandera. España desfilará en el puesto 67. El único misterio que queda por desvelar es cómo la llama, cuyo último relevista será, en un principio, el campeón olímpico de 200 metros Kostas Kenteris, llegará hasta el pebetero.

Zona exterior del Estadio Olímpico de Atenas, iluminada durante uno de los ensayos para la ceremonia inaugural.
Zona exterior del Estadio Olímpico de Atenas, iluminada durante uno de los ensayos para la ceremonia inaugural.EFE

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