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Reportaje:

Clarisas al descubierto

El Centre d'Estudis Contestans elabora un libro sobre las monjas de la Virgen de Milagro

La segunda hija de una casa noble que no pudo casarse estaba destinada a ingresar en un convento de clausura. Este fue el origen de muchas novicias a finales del siglo XVII, la época de mayor esplendor del Monasterio de la Virgen del Milagro de Cocentaina. Este convento, que atesora en su interior 350 años de historia, ha abierto sus puertas a la llamada de los expertos del Centre d'Estudis Contestans. La investigación, que espera dar sus frutos a finales de 2004 con la edición de un libro, quiere ser una profunda memoria sobre los orígenes, auge y la actualidad de la comunidad de clausura que ahora comparten ocho hermanas.

Recordar la colocación de la primera piedra del convento, cuando todavía Cocentaina estaba sometida al poder de los condes, es tarea de Benjamín Agulló, padre franciscano de la asociación provincial de cronistas. "Custodiar y dar culto a la imagen de la patrona de Cocentaina tras el milagro, ése fue el motivo de la fundación de este convento". Pere Ferrer, presidente del centre d'Estudis Contestans añadió que los antiguos señores feudales querían un templo para el fomento del fervor que aún se mantiene en recuerdo de las 27 lágrimas que el 19 de abril de 1520 derramó la Virgen de manera milagrosa.

El convento, fundado hace 350 años, acoge en la actualidad ocho monjas de clausura

Francecs Llop, técnico de la Dirección General de Patrimonio, aportará el significado de cada uno de los toques en la austeridad y el silencio de un convento de clausura. El libro mostrará las dependencias del edificio, que alberga alrededor de 4.000 metros cuadrados de superficie repartidos en tres alturas y que en tres siglos y medio ha desarrollado contadas obras de rehabilitación. El capítulo que preparan Pere Ferrer y Aureli Tormos, éste último presidente de la Asociació d'Amics del Centre d'Estudis Contestans, descubre planos del convento, la magnitud del huerto y la ubicación de la iglesia.

La vida en este convento no daba solo para la oración. La investigación de la vicepresidenta del Centre d'Estudis Contestan, Amparo Soler Moltó, desvela cómo durante muchos años funcionó como "un censo donde se otorgaban créditos que no se redimían". Función que cobró auge a principios del siglo XIX y que se sumó a otras como la costura, el tratamiento y planchados de prendas delicadas o la elaboración de dulces.

Las joyas del convento muestran su esplendor en los capítulos dedicados a inventario y estudio de la biblioteca, a cargo de Joaquín Navarro que recoge en su estudio el hallazgo de libros curiosos de los siglos XVI al XVIII. Entre las joyas figura el manuscrito sobre la fundación del monasterio con biografías de algunas de ellas , que prepara Amparo Martí Soler a cargo del departamento de intercambios del Centre d'Estudis Contestans.

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