_
_
_
_
OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Los toros, el circo y el alcalde de Donostia

Llegó el verano, y de nuevo el ritual de las vacaciones multiplica el número de animales abandonados sin escrúpulos por sus amos, o maltratados en las fiestas patronales, o sometidos y sacrificados para divertimento anacrónico por quienes todavía no han conseguido entender que el arte sólo alcanza su verdadera dimensión desde la libertad compartida.

Y otra vez, nuestra ciudad autoriza la instalación de un circo donde se exhiben animales en condiciones indignas, publicando unas presuntas destrezas obtenidas en base a prácticas inconfesables.

Y otra vez, nuestro alcalde reitera su compromiso con los niños saharauis invitándoles a una sesión de circo. Es decir, no sólo autoriza que en nuestra ciudad también se celebren espectáculos con animales en cautividad, sometidos y castigados, sino que lo celebra.

Definitivamente nuestro alcalde demuestra muy poca sensibilidad hacia los animales. Efectivamente, de hecho, el único bando que recuerdo del señor Elorza referente a ellos, es uno que hacía mención a la limpieza de suciedades de la vía pública, sin ninguna referencia, también, por supuesto, a la masa viscosa, pegajosa y cruenta que deja la estela de la sangre del toro a lo largo de la arena de Illumbe en su larga e ignominiosa agonía.

Naturalmente la sensibilidad de nuestro alcalde no debe ser alterada por esa multitud festiva (de qué fiesta), insensible e inmisericorde con el dolos animal, que aplaude con la liturgia del castigo y la muerte. Sensibilidad que a todas luces resulta diferente a la del alcalde de Barcelona, por ejemplo, que ha demostrado tener mucha más gallardía, sentido de nuestro tiempo, y sensibilidad social, al declarar la ciudad como espacio protegido frente al maltrato animal.

Señor Odón, cuando se vuelva a reunir con el señor Clos, en esos encuentros bilaterales que suelen celebrar, mire a ver si le es posible impregnarse de lo que a la postre resulta más relevante en quienes ofician como gestores de la ciudad: ser sensibles ante la injusticia, el dolor o el sufrimiento de los más desprotegidos, de los más débiles, de los diferentes. Por supuestos, me estoy refierendo a las personas, y también, a los animales.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_