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Condenado un hombre por agredir a su hija sexualmente

La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a cuatro años y seis meses de prisión a Rafael A. M., de 42 años, que entre finales de 1994 y principios de 1999 agredió sexualmente a una de sus hijas -la mayor de sus cinco vástagos-, a la que también maltrató físicamente porque se oponía a mantener relaciones con él.

La sentencia de la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Madrid considera al acusado autor de un delito continuado contra la libertad sexual y otro de violencia doméstica habitual. Además le condena a cuatro años de alejamiento e incomunicación con la víctima.

Según el fallo, cuando se iniciaron los hechos, Rafael, a quien el fiscal pedía 12 años de prisión, estaba casado y tenía cuatro hijos, siendo la mayor de ellas la víctima, P. A. G. Cuando la niña tenía 10 años la esposa del denunciado quedó embarazada del quinto hijo de la pareja, y en el sexto mes de gestación tuvo que ser ingresada. Esto motivó que los cuatro hijos del matrimonio se quedaran a cargo de familiares, excepto la víctima, que quedó al cuidado de su padre. En una ocasión, éste, aprovechando que no había nadie en la casa, instó a la menor a que se desnudara para después realizarle tocamientos.

Al preguntarle que si le agradaba aquella situación, la pequeña contestó que no, a pesar de lo cual el acusado le conminó a guardar silencio sobre lo ocurrido. Durante los años siguientes, hasta 1999, Rafael estuvo entrando frecuentemente en el dormitorio de su hija para tocarla y acariciarla, pese a los llantos de repulsa de ella. La menor era amenazada por su padre para que no contara a nadie nada de sus proposiciones sexuales. Cuando la joven tuvo 14 años el padre cesó en las caricias y tocamientos, aunque se mostraba exigente con su hija, no le toleraba ningún fallo y detestaba que saliera con algún chico o que llegara tarde a casa. Frecuentemente le profería insultos y le golpeaba alegando motivos nimios.

La Sala condena también al procesado a indemnizar a su hija con 10.000 euros por daños morales, y pone de manifiesto la gravedad de los hechos debido a la especial vulnerabilidad de la víctima.

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