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Las empresas alemanas tendrán que desvelar los sueldos de sus ejecutivos

Berlín quiere introducir nuevas normas para aumentar la transparencia de las cotizadas

No hay prueba de que exista, pero la mera posibilidad de que las grandes compañías alemanas hayan cerrado un pacto para silenciar ante la opinión pública las millonarias retribuciones de sus ejecutivos ha causado indignación en Alemania, donde pronto entrará en vigor un régimen de desempleo que obliga a los ciudadanos de a pie a revelar con pelos y señales su patrimonio. Si las 30 empresas incluidas en el índice bursátil DAX no proceden por su propia voluntad a un desglose de las retribuciones, el Gobierno de Gerhard Schröder forzará su publicación con una nueva ley en 2005.

Hoy por hoy, las grandes compañías que cotizan en Bolsa tan sólo dan a conocer lo percibido por el conjunto de sus consejos de administración. Y eso a pesar de que todas ellas se han adscrito voluntariamente al llamado Código de Buen Gobierno, que precisamente recomienda el desglose individual de los sueldos y las bonifi-caciones de los consejeros. En España, las empresas cotizadas sólo están obligadas a publicar la retribución del conjunto de sus consejos de administración, aunque algunas han detallado algunas retribuciones de forma voluntaria.

En Alemania, sólo 11 de las 30 empresas y bancos del DAX se atuvieron a esta recomendación en la presentación de los resultados de 2003. Así se supo que el presidente del Deutsche Bank, Josef Ackermann, ganó 11,1 millones de euros, y su homólogo de SAP, Henning Kagermann, 5,7 millones. Los demás prefirieron hacer oídos sordos e incluso habrían acordado un verdadero "pacto de silencio", según denunció recientemente el catedrático Theodor Baums, que presidió una comisión de expertos en gestión empresarial impulsada por el Gobierno.

La reacción política a las acusaciones de Baums fue inmediata. "Si nada cambia hasta el verano de 2005, el legislador entrará en acción", comunicó el Ministerio de Justicia, dirigido por Brigitte Zypries. La ministra instó a los consejos de administración a no olvidarse de que "los principios ético-morales son una parte integral de las decisiones empresariales" y abogó por vincular la retribución de los ejecutivos a cómo evolucionan los sueldos de los demás empleados de sus compañías. De un potencial "escándalo" habló también uno de los líderes de la oposición, el socialcristiano Edmund Stoiber, partidario de lanzar de inmediato una iniciativa legal si las empresas no cambian de parecer.

Batalla abierta entre políticos y empresarios, por tanto. "Lo que estamos viendo es cómo una élite impopular arremete contra otra, con la que hasta hace poco se entendía muy bien, pero que últimamente incluso la está superando en términos de impopularidad", comentó con sorna Marc Beise, periodista del Süddeutsche Zeitung.

Al igual que otros observadores, Beise destaca que la condena del supuesto pacto tiene que ver con la simultánea polémica sobre la reforma del régimen de desempleo que entrará en vigor en enero de 2005. En el marco de esta reestructuración, cerca de tres millones de alemanes deberán informar detalladamente a las autoridades de su patrimonio. Si sus ahorros superan unos muy reducidos límites (200 euros por año de vida) dejarán de cobrar subsidio de desempleo.

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