Los consumidores alertan del riesgo de fraude en el nuevo sistema de contratación telefónica

El usuario podrá cambiar de compañía telefónica a partir de ahora mediante una simple llamada grabada, sin necesidad de firmar ningún documento escrito. La denominada preselección telefónica beneficia a las nuevas operadoras porque les permite robarle los clientes a Telefónica con mayor facilidad. Pero las asociaciones de consumidores y la propia Telefónica advierten de que se disparará el fraude. Denuncian que, incluso hasta ahora, en que se precisaba la firma del abonado, los casos fraudulentos de cambio de operador sin el consentimiento del usuario superan los 100.000.

"¿Le gustaría que sus llamadas telefónicas fueran mucho más baratas que con Telefónica? Nosotros le ofrecemos esa posibilidad con sólo dar su consentimiento telefónico...". A partir de ahora, cualquier abonado puede recibir una llamada similar a ésta para convencerle de que abandone Telefónica y contrate otra compañía. Se llama la preselección telefónica. Y consiste en que mediante una simple llamada y, sin necesidad de firmar ningún contrato, el usuario puede contratar otra operadora.

La medida, que ha entrado en vigor este fin de semana, trata de potenciar la competencia en el sector de la telefonía fija, en el que, pese a más de cinco años de liberalización, Telefónica sigue detentando el 80% de cuota de mercado por ingresos.

La llamada preasignación o preselección ya funciona desde 1999. Se trata de un procedimiento legal por el que cualquier abonado de Telefónica puede encaminar sus llamadas telefónicas por otra compañía, sin necesidad de cambiar de línea ni de número telefónico. Sin embargo, hasta ahora ese procedimiento requería la firma por parte del cliente del contrato que le unía a la nueva compañía. A partir de ahora, el mecanismo se simplifica y ya no es preciso la firma de ningún documento escrito.

Grabación de la llamada

Para ello, la operadora llama al cliente de Telefónica. Si durante la llamada, que es convenientemente grabada, le convence de que cambie de compañía, el abonado recibirá otra llamada (también grabada) de una empresa independiente que verificará que efectivamente el abonado de Telefónica desea preseleccionarse con otra compañía. Más tarde, esta nueva operadora remite al domicilio del abonado las condiciones del servicio dándole la posibilidad de desistir sin cargo alguno en un plazo de una semana.

La medida era una reivin-dicación de las compañías alternativas a Telefónica como Auna, Uni2, Jazztel o Tele 2, que opinan que es la única manera de combatir la posición de dominio que ejerce el ex monopolio. A 1 de abril pasado, el número de clientes de Telefónica preseleccionados con otra compañía superan los 2.356.557. Pero para Telefónica y las asociaciones de consumidores, este nuevo mecanismo no sólo no es una facilidad para el usuario, sino que lo único que hará será multiplicar los casos de fraude que ya existen con la actual preselección escrita.

La Unión de Consumidores de España estima que un total de 165.000 familias han sido cambiadas de compañías fraudulentamente, es decir, abonados que son preseleccionados sin su consentimiento, mediante la falsificación de firmas, la obtención ilícita de datos bancarios, publicidad engañosa o el engaño de distribuidores que se hacen pasar por personal de Telefónica para introducirse en los domicilios de los abonados y hacerles firmar una solicitud de preselección. Ya hay varias sentencias condenatorias y en las fiscalías provinciales denuncias interpuestas por Telefónica y asociaciones de consumidores. La Agencia de Protección de Datos también investiga casos de preasig-nación fraudulenta.

Varios casos de esta práctica fraudulenta, denominada slamming, han sido denunciados por la propia Comisión del Mercado de Telecomunicaciones (CMT), el organismo regulador que precisamente ha aprobado la preselección por teléfono. La CMT remitió el pasado mes de julio al ministerio fiscal un total de 76 denuncias contra Uni2 y Auna por la preasignación sin consentimiento del abonado.

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha alertado de que la nueva preselección telefónica no hará sino aumentar estos fraudes, y ha pedido que, como mínimo, el usuario tenga la potestad de interrumpir la preselección en cualquier momento mediante una llamada telefónica.

Las operadoras competidoras de Telefónica se defienden señalando que los casos de fraude son aislados, realizados por distribuidores sin conocimiento de la empresa y que, en su mayor parte, ya se han solucionado.

La Asociación de Empresas Operadoras y de Servicios de Telecomunicaciones (ASTEL), que agrupa a los principales competidores de Telefónica, denunció ante el Tribunal de Defensa de la Competencia al ex monopolio por intentar impedir la preselección mediante prácticas prohibidas.

El TDC no sólo atendió esa denuncia, sino que le impuso a Telefónica una multa de 57 millones de euros, la mayor impuesta a una empresa, aunque la Audiencia Nacional la ha suspendido cautelarmente.