Quien tiene un amigo tiene un Congreso
Quién dijo que los hombres no son sensibles? He tenido que remontarme a la ópera Don Carlo, de Giuseppe Verdi, y concretamente al acto cuarto, escena segunda, para encontrar el parangón de una amistad viril entre hombres cuyo resplandor deslumbra hoy a las edades, los tiempos y los sexos, cual la que une a George Jr. y al ciudadano Aznar. Después del sacrificio del Marqués de Posa (que se hace pasar por conspirador para que su amigo el príncipe salve la vida), sólo el gesto de Bush hijo ilumina la fosca y espesa noche de la humanidad.
Porque es la primera vez que un Emperador del Mundo invita a su Congreso a un Perdedor. Y esto tiene mucho mérito. Dirán ustedes que también Kerry lleva consigo a Clinton y Gore, apartados previamente del poder de formas variopintas (por succión de miembro y por taladro de papeleta, respectivamente), pero es la primera ocasión, que yo sepa, en que alguien cuyo partido ha perdido la mayoría absoluta y ha pasado a la oposición, consigue poner los pies en un Congreso, aunque sea en su sentido de barbacoa republicana y, encima, hablando. Sentado a la diestra, presumo, del Candidato.
Porque es la primera vez que un Emperador del Mundo invita a su Congreso a un Perdedor. Y esto tiene mucho mérito
Hay algo de amor fatal, amor de hombre, atracción funesta o hambre de hombre en esta conmovedora fidelidad que se muestran el uno al otro y el otro al uno, delante de todos, frente a todos, y yendo a por todas. Como buena degustadora de romanticismo, me vuelve loca la idea de ese nuevo Cid Campeador de nuestra política, de ese nuevo Conde de Montecristo. ¡El Regreso! ¡La Resurrección! ¡La Venganza! Si hizo lo que hizo cuando el mundo se le rendía, qué no será capaz de hacer (don José María) ahora que el mundo no le tiene en cuenta. Es la Reconquista, ¿no lo comprenden? No, la reconquista, realmente, no: eso fueron los ocho años en el poder, la recuperación de lo que siempre creyó suyo, de los suyos. Ahora es más bien la Revancha. Nos vamos a enterar, como gane Bush Jr.
Y ganará, porque a todos los efectos Irak es una balsa de aceite sobre la que se habla en términos más o menos normales (el presidente de Irak esto y lo otro), como de Afganistán, que no influirá en resultado alguno; ni Guantánamo ni Abu Ghraib, ni las voces tímidas y tardías de los intelectuales de Estados Unidos, ni siquiera el precio del barril de brent.
Afirmo que el candidato republicano vencerá en las elecciones de noviembre, pero aún me atrevo a más: les voy a contar por qué.
Por cariñoso.
Por amistoso.
Por leal.
Por mimoso.
Y porque va a tener a su lado al Único ex Estadista Mundial que se ha marchado dejando a medio pagar una Medalla del Congreso y, sin embargo, sigue creyendo en él. Lo cual dará una idea, a los feligreses, de cuán firmes -y por tanto, verdaderas- son las convicciones del uno y del otro. Algo por lo que merece la pena luchar, con la fe del cruzado. Algo por lo que merece la pena vivir y hacer morir a los demás.
El ciudadano Aznar ha hallado consuelo en su amigo, y puede cantarle, como don Carlo: "¡Mi salvador, mi hermano, mi fiel amigo, déjame llorar en tu seno!".
Se me pone la piel de gallina y el pollo a la plancha. Les puedo imaginar -versión guerra fría- abrazados, con los ojos llenos de lágrimas (o con lágrimas en los ojos; o con las mejillas surcadas por las lágrimas; o con los ojos enrojecidos por el llanto: elijan tópico), al tiempo que entonan la canción de Edith Piaf que sirvió de himno a los mercenarios que asolaron Indochina o Argelia:
¡Non! ¡Rien de rien! ¡Non! ¡Je ne regrette rien!
No se arrepienten de nada.
¿No podría éste, como González, dedicarse también a trabajar las piedras, permitiendo que su popular partido levante cabeza? ¿Es que su secreta intención consiste en destrozar al PP, al que culpa en secreto de haberle hecho perder la figura? ¿O piensa acudir al rescate en el último momento, enviado por el Emperador? Más nos vale permanecer en situación de alerta delta, con tendencia a empeorar.
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