Un nido de la Historia
PISAR LAS calles de la vieja y nueva capital alemana es palpar historia. Berlín es Prusia, con sus reyes y emperadores más o menos ilustrados que parieron Alemania y dejaron su huella en la arquitectura de la ciudad. Berlín es el escenario, tras el final de la Primera Guerra Mundial, de la rebelión de los espartaquistas y de los asesinatos, en enero de 1919, de sus líderes, Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht. Berlín es en el periodo de entreguerras la ciudad de los locos años veinte, de Cabaret y de la monstruosa hiperinflación de la República de Weimar. Berlín era una ciudad roja y de izquierdas, en la que casi un 70% no votó a los nazis en las elecciones que ganaron el 5 de marzo de 1933, tras la llegada de Adolf Hitler al poder. En Berlín anunció Adolfo Hitler el trágico "desde esta mañana a las cinco se responde al fuego", que inició la invasión de Polonia y la Segunda Guerra Mundial, y en su idílico lago Wannsee, bajo la dirección del siniestro Reinhard Heydrich, se acordó la solución final de la cuestión judía, que acabó con seis millones de seres humanos en los campos de exterminio. En el Berlín sitiado por el Ejército Rojo se suicidó Hitler en abril de 1945. Tras la derrota de la Alemania nazi, Berlín quedó dividida en cuatro sectores de ocupación de las potencias aliadas vencedoras de la guerra. Esta división se materializó de forma física el 13 de agosto de 1961 con el muro que durante 28 años dividió la capital alemana entre una isla de libertad al oeste y la dictadura prusiano-estalinista en el este. Berlín oriental fue el escenario el 17 de junio de 1953 de la primera rebelión contra el régimen comunista. En 1968, Berlín Oeste fue el centro de la rebelión estudiantil,con Rudi Dutschke, tiroteado en la emblemática avenida Kurfürsterdamm. Allí nació la locura terrorista de los setenta, con los marxistas de la llamada Fracción del Ejército Rojo, más conocido como Grupo Baader-Meinhof, y los anarquistas del Movimiento 2 de Junio. Berlín fue el lugar donde el 11 de noviembre de 1989 se vino abajo el muro tras las manifestaciones pacíficas que coreaban "somos un mismo pueblo" y exigían libertad.
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