"Sé que mi carrera no es cosa de un año y que debo ir paso a paso"
Juan Martínez de Irujo (Ibero, 1981) es la última y más frondosa rama de una estirpe de notables pelotaris navarros. Con un año de profesional a sus espaldas, ya ha logrado un título manomanista y un subcampeonato del parejas, así como darle un giro al tradicional juego de bote y peloteo, lo que ha fascinado a muchos y también ha levantado ampollas en algunos sectores ultramontanos. Fuera de los torneos oficiales, este movido verano le depara una primera sorpresa: el desafío programado contra Rubén Beloki para el próximo 7 de agosto, durante las fiestas de La Blanca.
Pregunta. ¿Cómo se encuentra tras digerir el éxito de su primera txapela?
Respuesta. Muy bien, la verdad es que estoy muy contento, pero ya se ha pasado y hay que pensar en el verano, no en los partidos que ya he jugado sino en los festivales programados.
"Que haya más pelotaris jóvenes va a resultar más divertido para la afición"
P. Esta semana viene un primer plato fuerte: mano a mano contra Rubén Beloki en Vitoria. ¿No le parece una especie de reválida porque Beloki no pudo disputar el torneo oficial?
R. El que quiera verlo desde ese punto de vista es que no sabe de pelota. Se trata de un partido de fiestas veraniegas muy bonito, eso sí, pero que no tiene nada que ver con el pasado campeonato. Puede resultar morboso y también un poco raro, porque no es temporada de jugar mano a mano, pero eso es lo que buscan las empresas, que se dé espectáculo y que la afición se divierta en el frontón.
P. Es decir, que se trata de un partido más de verano.
R. Sí. Yo siempre salgo a ganar y a hacer un buen partido. Sé que soy joven y que me enfrento al pelotari en activo más laureado, así que lo tendré difícil, pero confío en mis posibilidades de victoria.
P. ¿Y en el resto del verano? ¿Le tiene ganas a algún pelotari?
R. No, ganas no le tengo a ninguno (risas). Sé que me voy a tener que enfrentar a casi todos y que no regalan nada. Imagino que me cruzaré mucho con Titín y Xala, también con Capellán. Nos conocemos muy bien y es difícil sorprendernos. Lo único que espero es que las manos me aguanten bien.
P. Aunque el éxito le ha acompañado durante este primer año como profesional, todavía quedan aficionados que le critican por su juego. ¿Le molestan que lo vean como un pelotari de aire?
R. Esa es mi forma de jugar y, visto lo visto, creo que no tengo por qué cambiar. Que me critican si fallo un golpe, pues llevan razón; pero si no arriesgase y dejase pasar más pelotas no haría tantos y también se meterían con mi juego.
P. ¿Se siente el peso de la faja roja de campeón?
R. Siempre se te exige más y la gente es más dura contigo, pero lo llevo bien. Si fallas no te perdonan y ésta es una actitud que me gusta.
P. ¿Se ve como Retegui II, con once txapelas en sus vitrinas?
R. Ni pienso en esa posibilidad. Soy joven y creo que disfrutaré de oportunidades, pero ahora mismo firmaría ganar un campeonato más del Manomanista.
P. ¿Y en parejas?
R. Esa es mi especialidad, la que más me gusta y voy a por todas. Llegué a la final este año y, aunque no pude ganar, jugarla ya era todo un regalo.
P. Asegura que su especialidad es el parejas, pero en su palmarés figura un campeonato del mundo de trinquete. ¿A qué se debe?
R. Me apetecía mucho jugar en el Mundial de pelota y ser campeón del mundo en mi casa, pero no me dieron la más mínima oportunidad en mano. El seleccionador, Fernando Arreche, no me hizo ni una prueba ni me dejó entrenar y, aunque había ganado a los seleccionados, no pude entrar al equipo. Por casualidad me ofrecieron la posibilidad de probar en el equipo de trinquete y no me lo pensé. Entrené y gané el torneo.
P. Pese a la sobrecarga de partidos de estos últimos quince meses de profesional, ¿sigue disfrutando igual de la pelota?
R. Me divierte igual aunque he aprendido a tomarme la pelota como una profesión. Este es mi trabajo, del que tengo que vivir muchos años, por tanto debo entrenar, ir al gimnasio, cuidarme. Pero siempre es mejor sacrificarte por lo que te gusta que estar en la fábrica trabajando.
P. Parece que con usted y otros jóvenes pelotaris está entrando aire fresco en el mundo la pelota.
R. Todas las novedades que se produzcan son bienvenidas y que haya más pelotaris jóvenes en el barullo va a resultar más divertido y más bonito para la afición.
P. 22 años, éxito, vertiginoso salto a la fama... ¿Se siente como los concursantes de Operación Triunfo?
R. No, ni mucho menos. Esos han adquirido fama mundial y a mí me conocen sólo aquí y de otra forma. Me paran, me saludan y, a decir verdad, agradezco el reconocimiento, aunque haya personas que se pasen un poco de la raya. Yo sé que mi carrera no es cosa de un año y que debo ir paso a paso.
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