El desmantelamiento de los ordenadores cierra una edición de la Campus Party con récord de internautas

El escenario que durante toda la semana ha acogido la Campus Party, la fiesta informática en red que ha reunido a 4.500 internautas en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, quedó ayer vacío y con un aspecto mucho menos desolador que otros años, gracias al servicio de limpieza que ha mantenido el decoro durante siete días. Los usuarios han tenido una velocidad de salida a Internet de 1.244 megabytes, y una red interna que permitía descargarse un disco de música completo en "cinco segundos".

Los participantes recogieron sus equipos, muchos de ellos decorados con las últimas tendencias del modding, una práctica consistente en transformar los ordenadores añadiéndoles piezas, luces, sistemas de refrigeración -algunos incorporan bombas de neveras-, o sustituyendo el plástico y el metal que los recubre por vidrio para hacerlos transparentes. Los participantes se llevaron también las esculturas creadas con materiales reciclados que poblaron la carpa de 12.800 metros cuadrados en la que se albergaron. Los objetivos: bajarse archivos; jugar; participar en los talleres -desde informática a "sobrevivir en hábitats adversos, impartido por el Ejército-, y relacionarse. Este último parece haber sido el principal, en una reunión que tiene como lema Internet no es una red de ordenadores, sino de personas.

Los internautas pudieron aprovechar las más de 150 horas dedicadas a conferencias sobre seguridad informática, legislación de Propiedad Intelectual y piratería discográfica y audiovisual, una de las polémicas de este año por la quejas de la Sociedad General de Autores (SGAE). La Campus incluyó sus áreas habituales, como la de juegos, donde compitieron diversos clanes (grupos) en red para optar a unos premios valorados en 30.000 euros, la zona de diseño y la de música. Entre las novedades destacó el área de Playstation 2, que ha acogido a la mayor concentración de videoconsolas en red del mundo, según los organizadores, con cerca de 700 participantes. La organización de la fiesta, que nació hace ocho años en Málaga, hizo un "balance positivo" de la edición. Francisco Regageles, uno de los fundadores, señaló que entre los objetivos del próximo año, que confía que se realizará en Valencia, está "mejorar los contenidos" y lograr que la ampliación del número de plazas vaya acompañado de una mejora en la calidad de lo que se ofrece.