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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Accidentes de tráfico

Después de leer la carta al director del día 26 de julio, escrita por el señor Francisco Javier Meco Murillo, con el título El miedo guarda la viña, me obliga a realizar los siguientes comentarios.

Es cierto, desde mi modesta opinión, y estoy de acuerdo con el señor Meco, que hoy mucha gente compra los coches más por su diseño y modelo que por su confortabilidad y seguridad.

Asimismo, estoy también de acuerdo en que muchos de los conductores que se ven por las carreteras cumplen con las velocidades máximas establecidas cuando existe una advertencia grave de sanción que no de peligro; y me explico, les preocupa más la sanción que les pueda acarrear el incumplimiento de la normativa por una posible sanción administrativa (económica), que el peligro que pudieran ocasionar por conducir a velocidades excesivas o hacer maniobras muy peligrosas.

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Ahora bien, ¿cuántos de los conductores han recurrido una multa? ¿Por qué existen en este país empresas, o mismamente los propios seguros, donde se puedan recurrir las sanciones? En estos casos, ¿acaso las autoridades de tráfico no tienen potestad? -léase policías locales, municipales o guardia civil-. Hace unos cuantos años podría entender que dichas autoridades pudieran ejercer un abuso de autoridad, pero ahora no lo creo.

Por último, escucho estupefacto que un conductor que condujo a 211 kilómetros por hora (siendo esto una falta muy grave) se le enjuicie y se le sancione con sólo 400 euros y después se le retenga por conducir a 239 kilómetros por hora. ¿Acaso no seguimos fallando en la aplicación de la ley?

En conclusión, deberíamos ser más consecuentes todos, desde las autoridades, los agentes de tráfico, así como, por supuesto, los conductores.

En este país no tenemos más accidentes por el mal estado de las carreteras, como siempre alegamos, sino por una mala educación vial. Enseñemos, pues, esto a nuestros hijos desde el principio y no cuando se van a sacar el permiso de conducir, y además, las autoescuelas no deberían enseñar a aprobar el examen, sino a aprender a conducir, como se está haciendo ahora.

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