Guti anima al Madrid
El gran juego del centrocampista ilumina el estreno blanco en Japón
Siempre Guti, a ratos Figo y poco más. El Madrid cerró ayer su primer bolo en Tokio y lo hizo con una victoria de poco peso, por tratarse del rival que se trataba, y con un juego que no será precisamente recordado. Las mejores noticias las dio Guti. Jugó en el puesto de Zidane y se vio liberado de cualquier tarea de destrucción, lo que tanto se le exige cuando actúa de medio centro, por lo que pudo despachar una hora de magnífico fútbol. Marcó el primer gol tras un monumental pase con el exterior del pie de Figo y sacó el centro del segundo tanto, anotado por Raúl, quien llevaba peleado con el gol desde el mes de abril.
Para ser fiel a sus peores costumbres, el Madrid se vio golpeado enseguida. Si ante el Benfica, en el anterior amistoso, encajó un gol en el minuto uno, ayer mejoró ese registro. Siete minutos, para ser exactos. Poco importó que aquella falta fuera lejana. Ni los tres valientes que se pusieron en la barrera ni Casillas vieron el zapatazo de Marquinhos, a quien le salió un disparo que ni en sus mejores sueños.
JEF UNITED 1 - REAL MADRID 3
JEF United: Kushino; Yuki, Milinovic, Saito, Mizumoto (Mizuno, m. 87); Yamagishi (Rakuyama, m. 52), Sato (Ichiara, m. 75), Nakajima (Maki, m. 46), Murai; Marquinhos (Hayashi, m. 46) y Sandro.
Real Madrid: Casillas; Salgado, Samuel (Celades, m. 64), Pavón, Roberto Carlos (Raúl Bravo, m.65); Beckham, Helguera; Figo (Núñez, m. 65), Raúl (Mejía, m. 81) Guti (Solari, m. 59); y Morientes.
Goles: 1-0. M. 7. Marquinhos, de falta directa. 1-1. M. 23. Guti tras pase de Figo. 1-2. M. 36. Raúl aprovecha un centro de Guti. 1-3. M. 93. Solari empuja un pase de Salgado.
Árbitro: Yoshida (Jap.).
51.480 espectadores en el Estadio Nacional.
Juntó Camacho en el eje del equipo a Helguera y Beckham y el asunto funcionó a medias. El equipo no vio el balón durante muchos minutos y el rival japonés se sintió en el paraíso. Pero apareció Guti y el partido dio un vuelco. Se situó en la zona de tres cuartos y voló alto. Figo vio su desmarque y le mandó un regalo que Guti cruzó ante el portero. Poco después, basculó éste por la frontera del área hasta que encontró a Raúl, que resolvió como lo hacía tiempo atrás.
Fueron aquellos los mejores minutos de un Madrid aclamado por el público. Pero duraron poco. La segunda parte enseñó, de nuevo, a un equipo que se mueve a ráfagas y que de momento no dice nada de particular, más allá de su proverbial pegada. La retirada de Guti y Figo dio paso a un juego plomizo, sólo aliviado por el tanto de Solari, que siempre está cuando se le necesita.
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