Respeto por el dinero público
Existe un desinterés por lo público y una nefasta gestión política tanto en el ámbito autonómico como en el municipal sobre la educación pública. Recientemente leía en una revista comarcal de Alicante, las subvenciones que el Ayuntamiento de Torrevieja está haciendo de manera sistemática y desde el año 1997 a las Hermanas Carmelitas: 7 millones de euros.
Resulta que el presidente del Patronato Santo Hospital de Caridad, que gestiona tanto el colegio como la residencia geriátrica es el propio alcalde de la ciudad. Se produce un claro caso de caciquismo político. Es el caso Juan Palomo, yo me lo guiso y me lo como. Además de lo anterior este patronato de las Hermanas Carmelitas, se nutre de subvenciones de la consejería y de numerosas donaciones.
¿Cómo es posible que haya tanto desprecio a lo publico y sin embargo con este dinero se está subvencionado una sola escuela privada, en una población que para septiembre se calcula que haya "100 formidables barracones" para las clases humildes.
Espero que este caso de supuesto mal uso de los fondos públicos sea llevado a la fiscalía y actué en consecuencia. Similar caso de menosprecio al dinero público hizo el señor Zaplana para potenciar la ciudad de Benidorm en la que el se creía un "faraón". En el supuesto nombre de los valencianos invirtió aproximadamente 43 millones de euros. El faraónico parque de atracciones no consigue los 3,1 millones de visitantes al año y pierde dinero; resultado: la quiebra de esta entidad.
No nos preocupemos, Zaplana ha colocado a su cuñado como responsable de recursos humanos de este parque. Debería existir una responsabilidad civil y penal, cuando esa fatal gestión redunda en perdidas para los ciudadanos.
