A ritmo de carnaval
Carlinhos Brown cerró la noche del sábado a ritmo de carnaval el Festival cartagenero La Mar de Músicas. Cerca de 3.000 personas abarrotaban el auditorio Parque Torres (en la reventa se vendían entradas para el concierto a 60 euros), en una noche especialmente calurosa en la que el cantante brasileño actuó con el pianista cubano Bebo Valdés para estrenar algunas de las canciones que han grabado para la película de Fernando Trueba. Tras el ciclón Brown estallaron los fuegos artificiales y sonaron las primeras notas de Istambul, un tema de Orient Expresion con el que se anunciaba la participación de Turquía como país invitado en la próxima edición de La Mar de Músicas.
No era la primera vez que Carlinhos Brown (Salvador de Bahía, Brasil, 1962) ponía en pie al público del auditorio cartagenero. Con el mar Mediterráneo a un lado del escenario, las ruinas del teatro romano al otro y las de la catedral en medio, el músico debutó por primera vez en España en este festival en 1997 cuando apenas era conocido y no paró de recordarlo durante todo el concierto. "Un festival que tiene ese nombre contagia de un modo muy especial todo lo que envuelve", aseguró ante un público que agotó las entradas con días de antelación y que se mostró entregado ya desde los primeros compases. Desnudo de cintura para arriba, tocado con su tradicional sombrero, tirabuzones hasta la cintura y unos vaqueros rematados con volantes de colores, Antonio Carlos de Freitas no defraudó. Saltó, bailó, convirtió en un sambódromo el auditorio, posibilitó un concierto colectivo con el público con el que se mezcló en varias ocasiones y demostró sus dotes de predicador con llamadas a la felicidad, la libertad y hasta el uso de preservativos en un concierto de más de dos horas.
Estreno
Musicalmente Carlinhos Brown repasó los temas de su último disco Carlitos Marrón, interpretó algunas de las canciones que ha grabado con Tribalistas (firmado con sus amigos Marisa Montes y Arnaldo Antunes) y estrenó dos de las canciones grabadas en Brasil para la película de Fernando Trueba que narra la vida de las favelas, acompañado por Bebo Valdés. El pianista cubano, de impecable traje gris, fue aclamado a los gritos de "Bebo, Bebo" y, tan elegante como siempre, se adaptó a los sones de una orquesta, donde predominaban los instrumentos de percusión. Casi al final, en la despedida, Bebo acabaría enganchado a un piano eléctrico.
Fue un broche de carnaval para la décima edición de La Mar de Músicas, que este año ha tenido a Argentina como país invitado y en la que han participado más de 65.000 personas. En los distintos escenarios de esta ciudad portuaria se han presentado las últimas tendencias del rock y del tango rioplatense, con las voces de Adriana Varela, Charly García, León Gieco, Bajo Fondo Tango Club, Dino Saluzzi o Kevin Johansen. Pero también hubo espacio para otras voces como la de Maria Betânia, la guitarra de Tomatito, las atrevidas canciones de Rakel Winchester y revelaciones como la de Lhasa, una cantante a caballo entre México y Estados Unidos, capaz de emocionar a todo un auditorio con su voz doliente.
Como ya es habitual en este festival, la música se mezcló con el cine, la literatura y las exposiciones dedicadas al país invitado. Así, mientras los músicos rendían tributo a Astor Piazzolla, una muestra de Marcelo Brodsky recordaba los horrores de la guerra sucia y los desaparecidos de las juntas militares, entre los que se encontraba su hermano, un adolescente apenas cuando fue arrestado. El próximo año, este festival que ya ha tocado techo en cuanto a público, tratará de descubrir los sonidos de Turquía, recogiendo tanto la música tradicional como la electrónica.
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