Josep Maria Sala, condenado por el 'caso Filesa', regresa a la ejecutiva
Los aplausos más continuados y emotivos de los delegados del 10º congreso del PSC se los llevó Josep Maria Sala, condenado a dos años de prisión por el caso Filesa (financiación irregular del PSOE). José Montilla, primer secretario del PSC, decidió el regreso - por la puerta grande- de Sala a la ejecutiva que abandonó en noviembre de 1997, después de que el Tribunal Supremo ordenara ejecutar la sentencia. El actual secretario de formación pasó menos de un mes en la prisión de Can Brians, al suspender el Tribunal Constitucional la ejecución de la sentencia.
A Sala se le considera un hombre personalmente íntegro que tropezó con la justicia por servir al partido. Es históricamente el padre de los llamados capitanes del PSC, dirigentes territoriales identificados con los nuevos cuadros, muchos de ellos alcaldes. En sus filas se formó el propio Montilla.
La cúpula del PSC considera un acto de justicia y una reparación "personal, histórica y política" el retorno de Sala a la ejecutiva socialista. Sus discípulos lo tenían en mente y, en un principio, intentaron que este regreso fuera a través de la Fundación Campalans, vinculada al partido. Pero el viernes ya estaba decidido que Sala volvería por la puerta grande. Montilla encontró algunas resistencias para cerrar la operación. El actual presidente de la citada entidad, Narcís Serra, de acuerdo con algunas versiones, no veía a Sala como el hombre más indicado para sucederle.
Dos 'hombres fuertes'
Al final todos dieron luz verde a la operación retorno por la puerta grande. De la otra manera la entrada en la ejecutiva hubiera sido "vergonzante" -según un destacado dirigente- y se hubiese producido, previo relevo de Serra, dentro de unas semanas.
La de Sala fue pues la gran sorpresa de la última jornada del congreso del PSC. Pero la dirección del partido quiso evitar que concentrara el interés informativo y suspendió todas las entrevistas concertadas previamente por los medios de comunicación, entre los que figuraba este diario.
La cúpula del PSC consideró que mediáticamente este retorno era una anécdota y que lo auténticamente relevante lo constituían los dos nuevos hombres fuertes del PSC: Miquel Iceta, viceprimer secretario, y José Zaragoza, secretario de Organización. Estos dos nombramientos suponen un reconocimiento de los cargos que ambos desempeñaban de facto en la sede del partido después de las elecciones autonómicas y generales. La vicepresidencia del partido -figura de nueva creación- es para Manuela de Madre, presidenta del grupo parlamentario en la Cámara catalana. La sobrecarga de ocupaciones de Maragall y de Montilla ha motivado la creación de esta segunda línea de altos cargos. La renovación generacional ha sido escasa, aunque se mantiene una escrupulosa paridad.
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