El Madrid de Camacho se despereza
El club blanco, que jugó al ralentí, empata con el Benfica con goles de Morientes y Ronaldo
Camacho alineó en el primer tiempo a todos sus pesos pesados y con el mismo dibujo en el césped que sus predecesores. Con la excepción de Núñez, que suplió la ausencia de Figo por la derecha. Beckham, por tanto, conservó su plaza en el medio junto a Guti. Pero con una ligera diferencia con respecto al equipo que perdió todos los títulos la temporada pasada. El inglés, según la circunstancia -una jugada ensayada, un córner, o un ataque estático con la pelota circulando por la frontal del área rival- se escoraba hacia cualquiera de las dos bandas para meter sus célebres centros de rosca. De uno de esos centros nació el gol de Ronaldo. En el segundo tiempo Helguera ocupó una de las plazas del eje y su presencia se notó. El Madrid controló un poco mejor al Benfica.
BENFICA 2 - REAL MADRID 2
Benfica: Yannick (Moreira, m. 57); Miguel, Argel, Rocha (Amoreirinha, m. 60), Dos Santos (Fyssas, m. 71); Petit (Aguiar, m. 60), Almeida; Geovanni, Zahovic, Simao (Pereira, m. 57); y Sokota (Mantorras, m. 78).
Real Madrid: Casillas (César, m. 46); Salgado, Samuel (Mejías, m. 85) , Helguera, Roberto Carlos (R. Bravo, m. 46); Beckham (Pavón, m. 46), Guti (Celades, m. 71); Núñez (Miñambres, m. 71), Raúl (Morientes, m. 46), Zidane (Solari, m. 46); y Ronaldo.
Goles: 1-0. M. 1. Zahovic, de fuerte zurdazo.
1-1. M. 3. Ronaldo aprovecha un rechace.
1-2. M. 77. Morientes, a centro de R. Bravo.
2-2. M. 91. Geovanni, de cabeza.
Árbitro: Bruno Paixao (Portugal).
45.000 espectadores en el estadio Da Luz.
Y si los nombres de los jugadores en ese primer tiempo no variaban mucho de los que se cantaban el año pasado, tampoco varió la costumbre de que el portero, Casillas, salvase un buen número de ocasiones muy claras del rival. Dos de ellas a Sokota. Una, deslizando un pie, veloz, hacia el poste cuando el balón ya entraba.
Zahovic conserva algunas de sus virtudes -el regate, el zurdado presto, la visión de juego- y todos sus defectos -la dispersión, la desgana defensiva, la intermitencia-. El esloveno apareció en el primer minuto para colocar un disparo lejano en la escuadra. Parecía que el Benfica movía mejor el balón que el Madrid. De hecho, lo movía mejor. Pero apareció Ronaldo dos minutos más tarde para aprovechar un rechace del francés Yannick, que había sacado milagrosamente un cabezazo de Zidane, y empatar.
El Madrid mantiene la pegada. Pero también conserva sus lagunas defensivas -el gol del empate final llegó tras un saque de esquina, algo familiar en el equipo blanco-. Sin embargo, Samuel dio una buena imagen. Un central duro y con intuición para el cruce. Pero no fue capaz de sujetar a Sokota en bastantes ocasiones.Tampoco le benefició la clara superioridad física del conjunto portugués.
Una superioridad, y no sólo física, que principalmente encarnó Miguel. El lateral diestro tiene muchísimo recorrido, un gran regate y una predisposición al asociacionismo muy beneficiosa para su equipo.
De Portillo, para continuar con los paralelismos con el año anterior, no se supo nada. No jugó ni un minuto. La novedad, sin embargo, fue Morientes, que rubricó su decisión de seguir en el club blanco con un gol.
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