Fin de curso
¡Por fin! Esto es como el último día de clase, todos contentos porque ha terminado, pero unos más que otros, que aquí no hay sorpresas y todos sabemos qué notas hemos sacado. Aquí no hay nervios de última hora, esto es evaluación continua y día a día ya se va viendo cómo va la cosa. Al que le va bien que le aproveche, y al que le va mal le mandan ¡cómo no! a septiembre, a la Vuelta a España a superar las asignaturas pendientes de julio.
Este año ha sido un curso un poco extraño. Hemos tenido al empollón de siempre -que ya aburre- al que no hay forma de pillarle en un renuncio, porque lo hace todo bien. Y encima no es que haya sacado matrícula como otros años, es que le han dado el diploma cum laude por haber sido el primero en sacar seis matrículas seguidas. Los profesores ya no saben qué hacer con él, porque sabe más que ellos, pero nada, éste sigue amenazando con matricularse el año que viene para seguir haciéndose el listo. Qué le vamos a hacer.
También le han dado el mismo diploma a otro, un tal Virenque, pero a ese porque ha sido el mejor de la historia en su especialidad, estudio de los lunares rojos de Saturno, o de los Alpes, o no sé muy bien de dónde. Bueno...algo de lunares rojos.Lo raro de este curso han sido los no presentados. Siempre es normal que haya alguno, pero es que lo de este año ha sido una pasada. Es la historia de siempre. Te empiezan a decir unos y otros, verás tú ése este año, que no veas tú cómo tiene de bien aprendida la lección. ¡Uy!, ése se ha preparado mucho, que lo sé de buena tinta. Y va a ser la sorpresa del curso, ya verás. Y luego llega el día del examen y no se presenta. Encima no te creas tú que le echan mucha imaginación al asunto, porque la mayoría presentan la típica excusa de que se han caído de la bici y no están en condiciones de hacer el esfuerzo, y que bueno, lo dejan para otra convocatoria. Yo al menos buscaría una excusa mejor, pero bueno, allá cada uno.
Por lo menos otros se presentan tarde, pero se presentan. Ponen la excusa del autobús: es que cogí un autobús que iba muy despacio y no he podido venir antes. Bien, les suele decir el profesor, pasa, pero el tiempo perdido ya no lo recuperas.
Ahora, los que no tenemos perdón somos los que, como yo, ni siquiera nos hemos presentado. Te amenazan: nos veremos en septiembre, y ya puedes aplicarte, que vas por el mal camino. Así que hasta entonces, y mientras tanto comenzaré con los cursos de Verano.
Pedro Horrillo es corredor del Quick Step
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