"La Iglesia no puede meterse en el Código Civil"

Tras seis años como vicepresidenta de Gehitu, Asociación de Gays y Lesbianas del País Vasco, Koro del Santo (San Sebastián, 1965) tomó el relevo hace unas semanas al hasta entonces presidente, Iñigo Lamarca, quien ya se ha estrenado en su cargo de ararteko. La ejecutiva de Gehitu es paritaria, pero Del Santo reconoce que más de una persona se ha alegrado de que la presidencia de la asociación sea ahora femenina, pues ello contribuye a dar mayor visibilidad al colectivo de lesbianas, que aún pasa por una "doble discriminación por el hecho de ser mujer".

Pregunta. Esta semana los obispos han vuelto a arremeter contra el matrimonio entre homosexuales y han pedido a los diputados católicos que voten contra su legalización.

Respuesta. En un Estado aconfesional, la Iglesia no puede meterse en las leyes del Código Civil. Existen bodas civiles y religiosas. Es una contradicción que se meta en las bodas civiles.

P. Dos de cada tres españoles aprueban las bodas entre personas del mismo sexo, según el CIS. ¿A qué sociedad mira la jerarquía católica?

R. No entendemos que la jerarquía de la Iglesia, que sigue teniendo muchísimo poder e influencia, esté en contra de los avances de los derechos de los gays y lesbianas. El colectivo de homosexuales cristianos considera que esta postura es contraria al Evangelio.

P. ¿Estaría de acuerdo con que el Gobierno dejara de subvencionar a la Iglesia?

R. Sí. Invitamos a los homosexuales cristianos a que no dediquen a la Iglesia la parte de sus impuestos en la que pueden optar a hacerlo o no, pues es una contradicción apoyar a una Iglesia que está en contra de nuestros derechos.

P. ¿Cómo explica que el Ejecutivo socialista no haya retirado aún el recurso del PP contra la Ley Vasca de Parejas de Hecho, en la que se reconoce tanto el matrimonio homosexual como su derecho a adoptar niños?

R. Espero y confío en que sea porque lleva poco tiempo en el ejercicio del gobierno.

P. ¿Por qué las lesbianas salen menos del armario que los gays?

R. Existen más prejuicios y una doble discriminación de las lesbianas por el hecho de que somos mujeres. Sería bueno que, igual que hay directores de cine o políticos que han reconocido su condición de homosexuales, lo hicieran también las mujeres. La mayoría de las lesbianas que lo han reconocido públicamente provienen de colectivos que luchan por sus derechos.

P. Matrimonio, adopción... ¿En qué otros campos es preciso trabajar?

R. Uno de los más importantes es la educación. En las escuelas no se toca el tema de la homosexualidad, apenas se habla de sexo. Los niños o adolescentes que descubren su homosexualidad sufren mucho, no tienen referentes ni en los cuentos, ni en los libros de texto. Están marginados.