"El emprendedor social es un nuevo tipo de empresario que inquieta al poder"

Vera Cordeiro era médica del servicio de pediatría de un hospital de Río de Janeiro en el que ingresaban niños de las favelas. Cansada de ver que los niños que ingresaban volvían a ingresar y muchas veces acababan muriendo, decidió colgar su bata blanca hospitalaria porque veía que el modelo médico no creaba salud. Pensó que lo que necesitaban las madres de esos niños -muchas, madres solteras- era una ayuda para salir adelante ellas y sus hijos. Así nació Renacer, una organización que conecta el hospital con el hogar y que presta otro tipo de asistencia social, como la formación laboral de las madres y las mejoras en el hogar. "La respuesta en el mismo hospital donde trabajaba Vera Cordeiro es que las readmisiones de los niños se han reducido el 60% y ese programa se ha extendido a 12 hospitales más de Brasil", explica Pamela Hartigan, directora de la Fundación Schwab y una de las ponentes que participan en el diálogo El papel de la empresa en el siglo XXI.

El emprendedor crea una empresa que funciona como tal, pero con finalidad social

Esa fundación, creada hace tres años por Klaus Schwab, presidente del Foro Económico Mundial, se planteó conceder un millón de dólares a la mejor idea de emprendedor social. "Fue imposible decidir porque muchas de las ideas seleccionadas eran buenas en el campo de la educación, la salud y otros. Al final, los seleccionados prefirieron no tener el dinero, sino el acceso al sector corporativo a través del Foro de Davos", apunta Hartigan, ecuatoriana de origen y ex directora de Promoción de Salud de la Organización Mundial de la Salud. "El concepto de emprendedor define a quien tiene una idea buena y la sabe aplicar para crear una empresa, pero con una finalidad social", resume. Pero los ejemplos son lo más claro. Javier González era un profesor de primaria en Colombia que cada noche acostumbraba a jugar al dominó con los padres de los niños a los que enseñaba. "Los padres eran analfabetos y siempre le ganaban al juego. Javier tuvo una idea e inventó un sistema de dominó para enseñar a leer a la población adulta, método que se ha extendido a otras comunidades, como la maya", explica la directora de la fundación. Otro ejemplo, el de una maestra de párvulos ecuatoriana obsesionada por el respeto del medio ambiente y la falta de espacios infantiles adecuados en televisión. María Helena Ordóñez, la maestra, con la ayuda de un grupo de amigos creo Arcadina, una serie de dibujos animados infantil cuyos personajes divertían y enseñaban. "El espacio se emitió en la televisión ecuatoriana, que lo acabó retirando alegando falta de audiencia, y ahora es uno de los programas infantiles de éxito en la comunidad latina de Estados Unidos y en diversos países de Centroamérica", subraya.

La figura del emprendedor social está más arraigada en América -tanto la latina como Estados Unidos- que en Asia y ahora empieza en Europa. "En los países europeos los poderes públicos han intervenido más, han sido más paternalistas. Tal vez por eso las ideas emprendedoras, forzadas por la necesidad y la pobreza, no se han desarrollado tanto", opina.

El fenómeno del emprendedro social, según esos criterios, está muy alejado del modelo de ONG. "No es lo mismo, el emprendedor crea una empresa y como tal tiene que funcionar", subraya Hartigan, que tiene las ideas muy claras: "Nosotros creemos que se tiene que enseñar a pescar, no dar peces. De momento el fenómeno del emprendedor social es visto con interés, pero con cierta inquietud, por los poderes y el sector corporativo".