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Crítica:LIBROS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La rentabilidad de la educación

Emilio Ontiveros

"¿Es aconsejable dar prioridad a la inversión en capital humano como parte de una política destinada a promover el crecimiento?" Pertinente pregunta en época de elaboración de los presupuestos públicos en un país que tiene como prioridad la mejora de su productividad. Es la que formula el autor de la monografía reseñada, Ángel de la Fuente, profesor del Instituto de Análisis Económico del CSIC. El libro es una refundición ampliada y actualizada de dos informes preparados para la Dirección General de Empleo y de Asuntos Sociales de la Comisión Europea; en uno de ellos colaboraron Antonio Ciccone, de la Universidad Pompeu Fabra. Rafael Domenech, de la Universidad de Valencia, ha participado a su vez en los trabajos que sirvieron de base a esos informes.

La rentabilidad privada y social de la educación: un panorama de resultados para la UE

Ángel de la Fuente

Fundación Caixa Galicia

Usar el valor de mercado en instrumentos financieros o inmovilizados evita la manipulación de los beneficios

El amplio concepto de capital humano queda acotado en este trabajo a los conocimientos y competencias de la fuerza laboral que se acumulan como resultado de la escolarización, la formación continua y la experiencia, y que resultan útiles en la producción de bienes, servicios y nuevos conocimientos. Los resultados del trabajo avalan lo que otros y la mera intuición anticipa: la acumulación de capital humano contribuye muy significativamente al crecimiento de la productividad y constituye una alternativa sumamente atractiva de inversión a la que debería otorgársele prioridad absoluta. Un respaldo, por tanto, a las recomendaciones formuladas por el Consejo de Lisboa, en marzo de 2000.

En los primeros capítulos de la monografía se revisa la evidencia derivada de otros trabajos empíricos en la literatura académica sobre los rendimientos de la inversión en capital humano. Los resultados son contundentes en relación a la cohesión social: existe un vínculo estrecho entre el fortalecimiento del capital humano, niveles salariales y oportunidades de empleo. Los efectos son tanto mayores cuanto más flexibles son los mercados de trabajo: cuando las escalas salariales reflejan mejor las productividades relativas de distintos grupos de trabajadores. Una educación potente permite, además, una rápida y eficaz asimilación de las nuevas tecnologías, en particular de las vinculadas a la sociedad de la información, de cuyos favorables resultados también existen evidencias suficientes en aquellos países que comprometieron recursos a su desarrollo.

Las conclusiones no son menos elocuentes cuando el autor investiga en la literatura reciente los efectos de la educación sobre el nivel y la tasa de crecimiento de la productividad. En una muestra de países de la OCDE, el capital humano explicaría el 22% del crecimiento de la productividad registrado entre 1960 y 1990, y un 45% de los diferenciales de productividad observados al final de ese periodo. La rentabilidad social de la educación no se limita únicamente a los efectos sobre la productividad, sino al aumento en las tasas de actividad y ocupación. El resultado según De la Fuente es que en todos los países de la UE esos rendimientos sociales del capital humano (que oscilan entre el 8,3% y el 11,5%) son superiores a los que proporciona el capital físico. Las tasas de rentabilidad privada del capital humano no son muy distintas, lo que las convierte en una alternativa muy favorable a otras formas de inversión individual.

Las implicaciones de resultados tales son claras: tanto en términos individuales como colectivos la asignación de recursos a educación debería ser prioritaria. Aunque, añado yo, ello supusiera algo de endeudamiento, siempre que su coste no superara esas rentabilidades medias. En España, unas y otras rentabilidades son significativamente superiores a los tipos de interés históricamente bajos que hemos disfrutado en los últimos años y, previsiblemente seguiremos haciéndolo todavía algunos meses más.

Un libro, en definitiva, tan completo como oportuno. Quizá a las autoridades educativas no les haga falta argumentos adicionales ante sus colegas de Hacienda para defender la necesidad de aumentos relevantes en esa modalidad de capital, pero tampoco estaría de más que el conjunto de los parlamentarios españoles revisara, cuando menos, sus conclusiones.

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