Retirados 40.000 litros de aceite de la subestación incendiada
"La situación está bajo control", asegura el Ayuntamiento
Una columna de humo blanco salía a primera hora de la tarde de ayer de la subestación eléctrica de Unión Fenosa situada en la calle de Almadén, 24. Más de 48 horas después del inicio del incendio que llevó el caos y el miedo a Madrid, parte de los 68.000 litros de aceite que refrigeraban los cuatro transformadores de la instalación seguían ardiendo y los bomberos prevén que pueda seguir haciéndolo hoy y posiblemente el lunes. Mientras, los bomberos retiraron, en una delicada operación, 40.000 litros de aceite a alta temperatura de un gran depósito para evitar riesgos.
Las altas temperaturas y el riesgo de derrumbe del inmueble han impedido a los bomberos acceder al interior del transformador que sigue ardiendo en la subestación. "De momento, refrescamos las instalaciones con agua para tener controlado el punto de fuego, que está confinado en el interior del transformador", explicó un portavoz de Emergencias Madrid.
Los bomberos seguirán refrescando las instalaciones hasta que el fuego consuma todo el aceite y demás materiales combustibles, lo que sucederá previsiblemente a lo largo del fin de semana. "El lunes, si todo sigue según lo previsto, empezará el derribo del edificio", añadió.
El transformador en llamas es el mayor y más nuevo de los cuatro que tenía la subestación y está en el interior de una caja cerrada de hormigón de dos por tres metros de superficie y seis de altura, según explicaron portavoces de Unión Fenosa y de Emergencias Madrid.
Ambos portavoces añadieron que los bomberos llevaron a cabo ayer la operación más delicada que quedaba por hacer: retirar del mayor depósito de los cuatro que tiene la subestación los 40.000 litros de aceite que contenía. "Este aceite estaba cerca del transformador que se sigue quemando y la operación era delicada porque estaba caliente. Pero era necesario retirarlo por dos motivos: para evitar riesgos y para iniciar lo más pronto posible las tareas de demolición del edificio", explicó David Vindel, portavoz técnico de Unión Fenosa.
La compañía y el Ayuntamiento de Madrid insisten en que la situación "está totalmente bajo control" y que sólo queda que el fuego se consuma por sí solo para retirar los equipos arrasados por las llamas y derribar la subestación. Mientras, el barrio trataba ayer de recuperar la normalidad poco a poco. Unión Fenosa ha instalado tres generadores autónomos, dos el mismo jueves y otro durante el día de ayer, para que todos los clientes de la zona reciban suministro eléctrico. La gasolinera situada en el paseo del Prado, a menos de 100 metros de las llamas, también abrió ayer, una vez fueron retiradas las dos grandes grúas, de 38 toneladas cada una, con las que Unión Fenosa recuperó parte de los equipos eléctricos consumidos por el fuego.
Los vecinos afectados esperaban con angustia volver a sus hogares. La mayoría de ellos, que residen en 60 de las 100 viviendas desalojadas -situadas en la calle de Almadén, 20, 21, 23, 24 y 27, y en la de Alameda, 22-, podrán hacerlo en los próximos días. "No entiendo por qué no nos dejan entrar ya", se quejó Carmen Sánchez, residente en el número 20 de la calle de Almadén. "Mi casa es de las que están más lejos de la subestación, pero la policía y los bomberos no nos dejan pasar. Hoy he podido entrar un momento y la casa está sucia y el olor es muy fuerte, pero no tiene ningún daño importante", explicó.
Desalojados por precaución
Fuentes municipales explicaron que estos seis inmuebles no sufren daños y que han sido desalojados por precaución y para mantener despejada la calle para los trabajos de los equipos de emergencias.
La situación es muy distinta para los 27 vecinos del número 26 de la calle de Almadén y el 6 de la calle del Cenicero. "Vamos a estar como mínimo un par de meses sin poder acceder a nuestras casas", avanzó Antonio Lobo, presidente de los vecinos del segundo inmueble.
"El lunes, cuando sea derribada la subestación, los técnicos tendrán que analizar los daños en la estructura del edificio", explicó Lobo. Los bomberos les informaron, tras realizar ayer las primeras catas, de que los dos inmuebles sufren daños, pero ahora hay que determinar su gravedad. "La cubierta del edificio resultó muy afectada por el fuego y los pisos están apuntalados. Habrá que revisar y reparar los daños, lo que en el mejor de los casos llevará un par de meses", aclaró.
Un total de 117 vecinos durmieron ayer en tres hoteles de la cadena NH situados en el paseo del Prado, en la calle de Alcalá y en Príncipe de Vergara. Esta cifra, sin embargo, podría ampliarse o reducirse, ya que el número total de vecinos afectados asciende a 179, según fuentes de la compañía hotelera y de Unión Fenosa.
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