La cultura en España

El pasado domingo 11 de julio salió publicada en la sección de Cultura de EL PAÍS una entrevista con Antonio Banderas en la cual éste instaba a los poderes públicos a que "invirtieran en cultura como garantía de futuro". Me gustaría sumar mi voz a la de Banderas.

Hace cinco años que vivo en Bruselas y trabajo con organismos culturales de todos los países europeos. Y es triste pero desde hace cinco años tengo la impresión de que los políticos españoles desprecian la cultura y eso se traduce en su forma de gobernar. Supongo que es normal, en España nunca se ha cuidado la cultura y el ciudadano está acostumbrado a que los poderes públicos desatiendan ese sector.

Así que cuando hay problemas como el botellón nadie se plantea que una solución podría ser ofrecer a la gente joven alternativas culturales que les interesen. Es mas sencillo prohibir la venta de alcohol. Por ejemplo, ¿sabían que en Bélgica existe un organismo totalmente subvencionado que se dedica a ayudar a los grupos de música jóvenes proporcionándoles salas de ensayo, ayuda legal, estudios de grabación, festivales en los que tocar y promoción? Lo mismo sucede en Francia, donde un grupo de "expertos" escucha todos los años más de 3.000 maquetas de grupos noveles seleccionando las mejores y ayudando a los grupos elegidos. ¡Y todo pagado con dinero público! Esto en España sería impensable, y lo digo con conocimiento de causa, tras alguna que otra incursión al Ministerio de Cultura.

De este modo paso mi vida en Bruselas, rodeada de españoles, jóvenes con talento, nuevos emigrantes de nuestra era, que no tienen tiempo de hacer botellones porque están demasiado ocupados con sus proyectos, su música, su teatro, su danza. Y, por favor, que no me vengan a contar lo de las ayudas que da nuestro excelentísimo Ministerio de Cultura, cuyo criterio me permito valorar de nefasto y obsoleto.

El Festival de Benicàssim lleva 10 años realizando una labor increíble de ayuda a grupos de música noveles, promoviendo mediante sus actividades extra-musicales el teatro, el cine, el arte, exportando música española a otros países y recibiendo a miles de jóvenes extranjeros en su recinto. Jamás ha recibido una sola ayuda del Estado español y la escasa que recibe es de las autoridades regionales o del Ayuntamiento de Benicàssim. En Bélgica hace ya 15 años que se financian una decena de festivales cada año y que gracias a ello éstos siguen alegrando la vida de jóvenes y mayores.

Pero en España la "cultura" debe de ser otra cosa, algo sólo apto para un pequeño grupo que disfruta de reconocimiento de nuestros queridos ilustrados ministeriales. Resulta más fácil obtener ayuda para proyectos culturales innovadores en España de la Comisión Europea que del Gobierno español. Supongo también que resulta más fácil gobernar a un rebaño de ovejas que a un pueblo culto. Que cada uno saque sus conclusiones. Yo me quedo con la de Banderas.