El 'fantasma' de la guerra sucia persigue al ex presidente mexicano Luis Echeverría

El ex presidente Luis Echeverría afirma que vive tranquilo, que en México nunca se ha cometido genocidio o crímenes de lesa humanidad, cargos por los cuales la Fiscalía Especial para Delitos del Pasado pretende sentarlo en el banquillo de los acusados. Pero los fantasmas de las víctimas rondan al viejo sistema y el Partido Revolucionario Institucional (PRI) salió en defensa del ex gobernante, con el argumento de que enjuiciarlo puede "dividir al país".

Echeverría se encuentra bajo sospecha de haber sido artífice de la masacre del 10 de junio de 1971, cuando el grupo paramilitar de Los Halcones atacó con armas una manifestación estudiantil de protesta. La primera marcha en contra de la represión desde la matanza del 2 de octubre de 1968 -por la cual también es investigado el ex mandatario-, la del Jueves de Corpus de 1971, terminó con decenas de muertos, heridos y desaparecidos, además de que abrió las puertas a la sangrienta represión de los grupos guerrilleros.

Pero la memoria del ex mandatario no incluye los pasajes de la tragedia y afirma que en México "nunca ha habido ningún genocidio en el pasado". "Yo estoy tranquilo y no tengo por qué salir del país" por temor a ser enjuiciado. Piensa diferente el fiscal especial Ignacio Carrillo, quien afirma que tiene preparado el proceso para consignar ante un juez a Echeverría y otros funcionarios de su Gobierno (1970-1976), como el ex ministro de Gobernación Mario Moya, por la matanza del 10 de junio.

De acuerdo con Juan Velázquez, abogado de Echeverría, "no hay ninguna prueba, absolutamente ninguna (...). El expediente de 15 tomos está integrado por textos de revistas, periódicos y libros. Es un documento que carece de validez probatoria". En declaraciones a un noticiero de la cadena Televisa, indicó que cualquier hecho cometido hace 30 años ya prescribió, "tanto que en 1982, el entonces procurador Óscar Flores Sánchez, los declaró prescritos". El letrado Velázquez recordó que la Suprema Corte de Justicia de la Nación decretó que el delito de genocidio es imprescriptible, "pero", dijo, "lo es a partir de 2002 hacia el futuro" y no tiene carácter retroactivo.

Sin embargo, existen sectores en los que el procesamiento de Echeverría preocupa de manera significativa, como es el caso del PRI, que llamó a sus dirigentes y militantes a realizar una defensa de los civiles y militares que pueden ir a los tribunales por las acusaciones derivadas de la guerra sucia, que acaeció cuando México fue gobernado por el PRI.

Los priístas dicen que "ahora, con el juicio por la guerra sucia, pretenden acabar con la legitimidad de la jefatura del Estado mexicano". Para el PRI, en momentos en que el país necesita de la "conciliación política que permita encontrar solución a los grandes problemas nacionales, el Gobierno plantea una nueva provocación que inevitablemente creará nuevas divisiones entre el pueblo mexicano".