¿Toros o burros?
El toro, que tradicionalmente ha simbolizado la fuerza bruta y el instinto ciego, se ha ido convirtiendo desde hace unos años, sólo en determinados ambientes por suerte, en un símbolo de la hispanidad. El toro de Osborne, concretamente, se ve cada vez con más frecuencia en adhesivos, camisetas, insignias y reclamos de distinto tipo, en que supuestamente se intenta representar lo español; y hay algunos que incluso en la bandera constitucional han sustituido el escudo de los cinco reinos por el torito de marras.
Naturalmente, la provocación del toro no podía quedar sin la adecuada respuesta, y ciertos nacionalistas catalanes, que no tienen otra cosa en qué ocuparse, se han sacado de la manga un símbolo alternativo: l'ase català, una variedad del burro mediterráneo que se pretende convertir, según parece, en quintaesencia de lo catalán. ¡Ver para creer! Sólo deseo que los asnófilos no sigan imitando a sus rivales taurófilos, y durante las fiestas mayores de este verano, o el 11 de septiembre, no veamos en nuestra senyera la cabeza de un burro.
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