¿Diálogo Social?
Los máximos representantes de las organizaciones sindicales junto con los de la patronal y el Gobierno han iniciado el diálogo para la concertación social. Hasta aquí todo correcto salvo un pequeño detalle: tanto los que han redactado la declaración inicial como los que lo tendrán que firmar en su día, es decir todos los que tienen la primera y última palabra en este asunto, son hombres, solo hombres.
Esto nos parecería normal si no supiéramos que el principal problema laboral y por tanto social, en este país lo padecen las mujeres; normal, si obviamos que a pesar de llevar casi 30 años intentando corregir las desigualdades cada vez la brecha es mayor; normal, si olvidamos que la precariedad laboral, la subcontratación o la infraremuneración la padecemos sobretodo las mujeres de forma crónica; normal, si nos negamos a comprender que las tasas de desempleo femenino de este país son una lacra social impresentable además de un desperdicio de capital humano insostenible para nuestra economía.
Y en esta normalidad tampoco nos resultaría sospechoso que propongan incorporar al régimen general de Seguridad Social el actual Régimen Especial Agrario, fundamentalmente masculino y se olviden de proponer lo mismo para el Régimen Especial de Empleadas de Hogar, mayoritariamente femenino, mucho más deficitario que el otro en cuanto a derechos y muchísimo más necesaria su reforma.