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El consejo andaluz de IU rechaza celebrar una asamblea extraordinaria

Oficialistas y críticos rebajan la crispación, pero mantienen sus diferencias estratégicas

El consejo andaluz de IU, máximo órgano, rechazó ayer celebrar una asamblea extraordinaria, como piden los críticos, y respaldó mayoritariamente el informe del coordinador, Diego Valderas. En el debate, que se prolongó durante cuatro horas, oficialistas y críticos rebajaron varios grados la crispación de las últimas semanas y se mostraron conciliadores y coincidentes en muchos puntos, como acabar con la dinámica de bloques, revisar toda la organización y garantizar la continuidad de IU. Pero a la hora de votar, cada uno se atrincheró en su cuadrilla y se reprodujo el duelo de siempre.

El informe que presentó Diego Valderas repite párrafos enteros de la resolución que presentó el pasado 21 de junio ante la ejecutiva y que provocó que los críticos abandonaran airadamente la reunión. Párrafos en los que se condena la "deslealtad e irresponsabilidad" de algunos dirigentes, y se dice que "la estrategia de desgaste por los sectores críticos (...) no sólo ha supuesto un error sino que ha situado al proyecto en la desconfianza y falta de utilidad, en la bulla y el descrédito permanente".

Aunque hubo quien durante el dilatado debate pidió a Valderas que retirase estas referencias -la histórica Kechu Aramburu- para reflejar la voluntad de síntesis y de integración de la que había hablado, en el resumen el coordinador incorporó otros asuntos, pero pasó de largo sobre éste. En cualquier caso, el tono de la discusión, que agradeció personalmente Valderas, fue mucho más relajado de lo que se esperaba. Especialmente positivos estuvieron la portavoz parlamentaria y referente del sector crítico, Concha Caballero, y el líder de la CUT, Juan Manuel Sánchez Gordillo. Ambos se centraron en aportar ideas nuevas que analizar en el proceso de reflexión, al igual que los puntales del bloque contrario, como Felipe Alcaraz, el secretario general del PCA, José Luis Centella, o el portavoz municipal de Málaga, Rafael Rodríguez.

Falta de credibilidad

Coincidieron en la gravedad de la crisis estructural, que está más allá del problema interno, y en la necesidad de revisar todo de arriba a abajo para relanzar a la federación de izquierdas. "Lo que está en juego no es la dirección, sino la organización, porque está visto que el retroceso no tiene suelo. No tenemos credibilidad ante los ciudadanos", dijo Rafael Rodríguez. "La continuidad de IU depende de que cambiemos porque la realidad social ha cambiado muchísimo desde que hicimos Izquierda Unida y nosotros no la hemos recogido", señaló Concha Caballero.

No hubo, sin embargo, el menor acercamiento en cuanto a la convocatoria de una asamblea extraordinaria para elegir nueva dirección. Valderas reiteró que no es necesaria porque hace pocos meses (diciembre) ya se celebró una asamblea y, debido a la sucesión de elecciones -generales, autonómicas y europeas- "ni siquiera hemos podido aplicar lo que aprobamos". El coordinador de Sevilla, Sebastián Martín Recio, destacó la contradicción de que "se salude la bondad de una asamblea extraordinaria en el ámbito federal y, curiosamente, se niegue una en Andalucía". Además, agregó, el informe habla de "debate sin límites al mismo tiempo que marca una serie de límites, como por ejemplo, que no se toque a la dirección".

La explicación que dio Alcaraz es que en la "mayoría de IU federal se ha producido un quiebra, pero en la de Andalucía, no". El portavoz de la corriente crítica, Javier Aguilera, lamentó que Valderas aborde la crisis en "clave de autoridad, cuando la clave es que nuestra base social está abandonando el proyecto, esa es la clave, no la autoridad".

Las aportaciones ideológicas y estratégicas que todos valoraron en sus intervenciones quedaron al final en un segundo plano, pues lo que primó a la hora de votar el informe del coordinador fue la adscripción de cada uno de los miembros del consejo a sus respectivas facciones, y la oportunidad o no de una asamblea extraordinaria. La resolución de Valderas obtuvo 62 votos a mano alzada frente a 31 de los críticos. Éstos habían presentado una resolución con la solicitud de la asamblea y otros puntos complementarios. El coordinador dijo asumir todo menos el apartado de la asamblea, claro está, y otros dos que mencionaban la pérdida de la identidad política o soberanía de IU y la conveniencia de cambiar a la dirección. La corriente alternativa ha recogido 400 firmas de apoyo y, según anunció Aguilera, seguirá con la campaña de entre las asambleas de base. La polémica no ha terminado.

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