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Chirac pide firmeza para frenar el racismo en Francia

El presidente francés, Jacques Chirac, pidió ayer la mayor severidad a la policía y a la justicia para descubrir a los autores de actos racistas y sancionarlos, tras la proliferación de ataques contra personas y símbolos judíos y musulmanes. El jefe del Estado exhortó también "a cada ciudadano" a movilizarse, de forma que las víctimas sientan "a la nación entera a su lado".

La intervención de Chirac intenta contener la escalada de agresiones y profanaciones registradas en los últimos años, anunciadora de hechos probablemente más graves. La mayor parte de estos actos no han sido esclarecidos. Se desconocen los autores del 80% de los 180 actos antisemitas contados por el Ministerio del Interior desde comienzos de año, ni tampoco se sabe quiénes son los responsables de las agresiones a mezquitas y de la profanación de tumbas musulmanas. La intolerancia hacia los judíos es el elemento más novedoso de los últimos años. Los actos contra inmigrantes árabes y sus descendientes son ahora menos frecuentes, si bien un 40% de los franceses sigue estimando excesiva la proporción de musulmanes en Francia, según un sondeo realizado a finales del año pasado.

Chirac se alzó ayer contra los "despreciables actos de odio" que ensucian al país. "Las discriminaciones, el antisemitismo, los racismos se despliegan de nuevo. Golpean a compatriotas judíos, presentes en nuestro país desde tiempos inmemoriales; golpean a nuestros compatriotas de cultura musulmana, que han elegido trabajar y vivir en nuestro país". También exhortó a cada ciudadano a que recuerde a sus hijos "el peligro mortal del fanatismo, de la exclusión, de la dimisión ante el extremismo".

El presidente aludió al laicismo como valor esencial de la República, "que permite a cada uno vivir y practicar su religión con seguridad" y abrir la escuela pública "a todas las sensibilidades", momento que aprovechó para defender la ley que prohíbe los signos religiosos en los colegios públicos, cuya entrada en vigor, en septiembre, será otro momento delicado. El presidente pronunció este discurso en la ciudad de Chambon-sur-Lignon (sur de Lyón), elegida por su simbolismo como tierra de refugio. Sus habitantes ocultaron a millares de niños judíos durante la Segunda Guerra Mundial y ayudaron a resistentes y exiliados, entre ellos, republicanos españoles.

La ex ministra Simone Veil -deportada a los 17 años a Auschwitz- valoró el discurso de Chirac como "una piedra añadida en el edificio que él quiso empezar a construir en 1995", cuando reconoció la responsabilidad del Estado francés en las deportaciones de judíos durante la Segunda Guerra Mundial.

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