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Crítica:FERIA DE SAN FERMÍN
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Cogidas graves de Pepín Liria y Luis Miguel Encabo

A la corrida de Cebada de ayer hay que darle, en general, una nota muy alta. El primer toro resultó violento y al tercero se le confiere la puntuación de bastote. El resto, como está dicho, fue de nota. Algunas de las reses recibieron hasta tres varas. Los picadores les dieron mucha leña. La evidencia de que eran toros para ser lidiados y dominados e incluso para conseguir el triunfo de los toreros, esa evidencia la puso de manifiesto Encabo en el sexto de la tarde, cuando se ciñó en dos tandas de derechazos y ahí cobró interés lo que hizo. En esos derechazos toreó con ligazón, porque supo ponerle la muleta en la cara y tirar de él con continuidad y cadencia. En ese pequeño instante reventó la plaza. Lástima que no remató como debiera la faena. De otro modo hubiera supuesto un triunfo de antología.

Cebada / Liria, Encabo, Escorial

Toros de Cebada Gago, excelentemente presentados, con buen juego. Pepín Liria: estocada (oreja). Luis Miguel Encabo: estocada caída (vuelta); en el toro que mató en sustitución de Pepín Liria, media estocada y cuatro descabellos (silencio); estocada, cogida y pasa a la enfermería (oreja). Gómez Escorial: estocada (silencio); pinchazo y estocada (vuelta). Enfermería: según informa Efe, Pepín Liria fue operado de una cornada en la cara interna del brazo derecho de ocho centímetros, que afecta la vena cefálica y desgarra el músculo bíceps. Pronóstico grave; Luis Miguel Encabo fue operado de una cornada en la cara anterior del muslo derecho de 15 centímetros. Pronóstico grave. Ambos fueron trasladados a la clínica Virgen del Camino. Plaza de Pamplona, 8 de julio. 4ª de feria. Lleno.

Es verdad que arregló esa falta de entrega final con una entrega, valga la redundancia, tirándose a matar muy valiente, por lo que recibió a cambio una cornada grave.

Si añadimos a esta breve narración de su sexto toro el peligro que afrontó Pepín Liria en el toro que mató (resultó cogido grave), es lo poco que queda en favor de los toreros. Lo demás hay que atribuírselo al ganadero. Los toros que presentó Cebada Gago en Pamplona fueron de una lámina irreprochable. Algunos de esos toros fueron encastados con una fuerza inusitada en los riñones y unos puñales astifinos en sus testas.

Ayer, siempre ayer, en el ruedo pamplonés los cebada gago pusieron eso que le falta al toreo de la modernidad. Frente a ese toreo de la mentira, el ganadero esgrimió una verdad incontestable. Viene a la memoria el decir cervantino: "La verdad bien puede enfermar, pero no morir del todo".

Los cebada gago trajeron ecos clásicos, quiero decir, eternos.

No entiendan mal los que intencionadamente quieran entender mal. La corrida tuvo sumo interés, no porque se llevara al hule de la enfermería a dos toreros, sino porque los toros fijaron en la arena la emoción que necesita la fiesta brava. Esa fiesta que las figuras de mazapán (y millonarias) han hurtado aquello que es más granado de la tauromaquia, es decir, la emoción. Esas figuras empeñadas durante años en exigir a los ganaderos y empresas que les echen toros manipuladas las astas, rebajada la casta. Les han pedido el toro bobo y comercial, y ahí los tienen repartidos por todos los ruedos españoles. De esa guisa ahora las vacas paren toros artistas, toros que se dejan cortar las orejas con facilidad. Toros de una sensibilidad de alondra. Resecitas que hasta el poeta chino Li Po dijera casi para ellos algo así como: "Flores de la montaña, como mejillas pintadas".

Ayer salieron unos toros sin maquillaje, con las barbas muy crecidas. Tal vez eran demasiadas barbas para un Gómez Escorial que no pudo lucirse en sus toros, pese a poner buena voluntad y recibir a sus dos toros a porta gayola.

Los toros de ayer acabaron siendo un manjar exquisito para los buenos aficionados. Quien no quiso verlo sería porque no distingue el acorde de un violín de una motosierra. ¡Muchas gracias, ganadero! Los toros dan cornadas a los toreros valientes.

Pepín Liria resultó cogido al entrar a matar al primero de la tarde, al que cortó una oreja.
Pepín Liria resultó cogido al entrar a matar al primero de la tarde, al que cortó una oreja.LUIS AZANZA
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