Regalo de Navidad
No es un nombre artístico, como tampoco suena inventada su propuesta musical, plasmada ya en dos discos en solitario, No angel y Life for rent. Dido es su nombre real, y es tan auténtica como la reina de Cartago que en La Eneida se arrojaba al fuego por despecho a su amante. Siendo hija de una poetisa y de un publicista, debía tener un nombre así de pasional y vistoso. Como si todo estuviera dispuesto en conexión cósmica con el universo, esta chica londinense que aseguraba en su primer disco no ser un ángel, desplegó en el patio del Conde Duque una hermosa ristra de melodías pop a medio tiempo, todas mecidas en los colchones sonoros de su tecladista y animadas por las desinhibidas artimañas de su hiperactiva percusionista, Jody, que vive rodeada de raros artilugios con los que fabrica ritmos y extraños ruidos. Tan movida y dispuesta, Jody se subió un rato a la batería cuando Alex dejó el sillín para darle al djembe como un chamán misterioso que provoca de la masa el movimiento.
Dido
Dido Armstrong (voz); Vini Miranda (guitarra); Keith Golden (bajo); Alex Alexander (batería); Jody Linscott (percusión), y John Deley (teclados). Veranos de la Villa. Conde Duque. Madrid, 7 de julio.
Y aunque diga no serlo, Dido tiene voz de ángel. Hacía frío, a pesar de la fecha, y a la parte menos precavida del público le sorprendió en manga corta. A Dido le costó calentarlo, pero no en vano nació un 25 de diciembre: ese candor meloso de su voz de seda, que convive con la frialdad de sus acercamientos a la electrónica y el trip-hop, fue como un regalo de navidad y acabó dando calor y cariñito a los encogidos espectadores. También contribuyeron los saltos de su guitarrista y su bajista, dos músicos que parecían sacados de la calle, en contraste con su imagen de chica formal, mona, limpia y sosita, pero muy simpática.
Dido alternó las canciones de sus dos discos, siendo más aplaudida en Thank you, de la que el rapero Eminem extrajo un par de estrofas para su Stan, y bailada en Take my hand y On the road. En un par de ocasiones (Maru's in India y See the sun) agarró la guitarra acústica, y en otra, el piano (Do you have a little time), como queriendo afirmar todo lo que recogen sus biografías, donde se asegura que con sólo seis años ya era una virtuosa de la música.
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