Karen regatea a Ray

La ex mujer del futbolista Ray Parlour, una de las estrellas del Arsenal de Londres y 10 veces internacional con Inglaterra, hizo ayer historia al conseguir que la justicia le reconociera el derecho a percibir 406.000 libras anuales (610.000 euros) de los ingresos de su marido, por entender el juez que él le debe a ella gran parte de su éxito como jugador de fútbol. Esa cantidad, que equivale a un tercio de los ingresos anuales del futbolista, será revisada dentro de cuatro años porque, a sus 31 años, es muy probable que para entonces sus actuales ingresos de 1,2 millones de libras al año hayan mermado.

Lo importante no es tanto la cantidad de dinero cuanto el principio de que el juez considera a la mujer no ya el derecho a percibir una pensión de mantenimiento de acuerdo con sus necesidades, sino una parte de los ingresos del ex marido en función de lo que éste gana cada año.

Karen, que ahora tiene 33 años, era asistente en una óptica de Romford (Essex) cuando conoció a Ray. Él tenía entonces 17 años, dos menos que ella, y jugaba en las categorías inferiores del Arsenal. En 1992 ascendió al primer equipo, con el que ha jugado 468 partidos, y en 1998 se casaron.

El matrimonio duró poco. Ray se marchó de casa en noviembre de 2001 y en agosto del año siguiente se divorciaron. Él le ofreció dos casas libres de cargas, valoradas en total en un millón de libras (1,5 millones de euros), 250.000 libras en efectivo y una pensión anual de 120.000 libras, además de 12.500 libras al año por el mantenimiento de cada uno de los tres hijos del matrimonio, que tienen ahora ocho, seis y cuatro años de edad.

A ella la pensión de 120.000 libras al año le pareció poco, porque consideraba que los éxitos de Ray sobre el terreno de juego se debían en gran parte a la estabilidad que le dio la relación con ella. El juez pronunció en enero un primer fallo a favor de la mujer, que vio doblada su pensión anual hasta las 250.000 libras.

Pero a Karen aún le parecía poco. Sin ella, argumentaron sus abogados, él no habría podido superar su dependencia del alcohol y su tendencia al juego en unos años en los que el Arsenal era famoso por las borracheras del equipo y la sequía de títulos. En aquel entonces, a mediados de los años noventa, dos de las figuras del equipo, el capitán Tony Adams y el goleador Paul Merson, tuvieron que someterse a tratamiento para dejar de beber.

Los abogados de Karen Parlour, del bufete Clintons, han sostenido que ella tiene derecho al 50% de los ingresos anuales del jugador, pero que, teniendo en cuenta que la convivencia de la pareja se ha limitado a siete años, reclamaban sólo el 37% de esos ingresos. Por su parte, los letrados del jugador han argumentado que el cambio de actitud de Ray Parlour no se debió a la influencia de Karen, sino a la llegada de un nuevo entrenador en 1996, el francés Arsène Wenger, que impuso la disciplina en el vestuario del Arsenal y convirtió a los llamados gunners (cañoneros) en el equipo más admirado y con más trofeos del fútbol inglés en los últimos años.

El juez dio ayer la razón a los abogados de la mujer y le reconoció a ésta el derecho a percibir 406.500 libras anuales del salario de su marido durante cuatro años. Su decisión apenas afectará a los divorcios que separan un día tras otro a miles de ordinarios mortales en el Reino Unido, pero constituye un precedente extraordinariamente peligroso para los millonarios que quieran abandonar a cónyuges menos acaudalados.

Karen Parlour se declaró ayer "muy aliviada" a través de una nota hecha pública por sus abogados, pero sus palabras no respiraban euforia después de un proceso "difícil y estresante, durante el que ninguno de nosotros ha disfrutado siendo el centro de atención". Ray Parlour no sólo ve mermados sus ingresos a costa de su ex mujer: el Arsenal añade incertidumbre a su futuro, al confirmar que no tiene pensado extender el año de contrato que le queda al jugador.