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Entrevista:JAUME SOLÀ | Director de la Agencia del Agua

"La nueva terminal del aeropuerto tiene informe ambiental negativo"

Jaume Solà i Capmany nació el 14 de febrero de 1942 en Badalona, miembro de una familia con siete generaciones de badaloneses. Es ingeniero industrial. Estuvo trabajando en sectores empresariales informáticos hasta que le "engañaron", dice, para ser concejal de Urbanismo de Badalona. Fue en 1979. Fue gerente de la entidad de Medio Ambiente del Área Metropolitana entre 1996 y 1999. Está casado y tiene tres hijos y una nieta. "Y dentro de tres años me jubilo", asegura.

Pregunta. Del mundo de la informática al del agua. ¿Cuál es más virtual?

Respuesta. El del agua es muy real. Lo que ocurre es que hay muchas historias diversas, de carácter casi mágico, historias culturales, patrimoniales, de regiones y de zonas, y hay posicionamientos muy fuertes, posiciones de principio y fijaciones también muy duras. Hablamos del agua como pertenencia, como necesidad, del precio del agua, del despilfarro del agua...

"Si seguimos eliminando acuíferos, acabaremos bebiéndonos todo el Ródano"
"Hay sectores que se quejan mucho, los agrícolas. Pagan poco por el uso del agua"

P. El precio ¿es razonable?

R. Depende de cómo se mire. Se ha asumido que el agua no tiene precio, que es gratuita y que lo único que vale y por lo que se paga es el uso. Hay sectores que se quejan mucho, los agrícolas. Pagan muy poco por el uso del agua y consumen muchísima. En el canal de Urgell, por ejemplo, gastan unos 850 hectómetros cúbicos al año de agua para regar. Ésta es una cantidad muy grande y la necesitamos para abastecer a la industria y a la población en Cataluña.

P. ¿Y el precio desde la perspectiva del recibo?

R. Hay zonas que pagan mucho por el agua y otras que pagan mucho menos. Desde una perspectiva global, el agua no es cara.

P. Uno de los debates que se repiten es el de si las cuencas internas son deficitarias.

R. Las cuencas internas necesitan una medida especial a la hora de diseñar la gestión del agua. No podemos malgastar recursos, necesitamos utilizar el agua de una forma más sabia. Era muy fácil llegar al despilfarro que significa que contaminas un acuífero y coges el agua de otro lugar. Probablemente necesitamos ciertas ayudas, como las que hubo históricamente, desde el Ter hacia la zona de Barcelona. Pero en su conjunto, con alguna ayuda, como puede ser alguna desaladora u otros elementos que nos permite la tecnología, las cuencas internas se pueden mantener razonablemente estables.

P. Problemas domésticos, industriales, agrícolas... ¿Cuál es el más complicado de resolver?

R. Hay todo un trabajo por hacer con el campesinado. Nos estamos acercando, con buena sintonía, tanto con el Departamento de Agricultura como, especialmente, con el sector, en el sentido de decir: "Miren, ahora tenemos mucho agua y, desgraciadamente, no nos acordamos de la escasez, pero ¿por qué no empezamos a hablar de dos problemas fundamentales: caudales y calidad?".

P. Durante la tramitación de la ley del agua, CiU incluyó en alguno de los borradores el canon cero para agricultura. Fue retirado y da la impresión de que fue porque los payeses no querían contador.

R. Estoy convencido de ello. Poner coeficiente cero en el gravamen general a los payeses creo que es correcto, más que declararlo exento. El cero da una idea de que algún día se puede cambiar el coeficiente a un valor diferente.

P. En Cataluña habrá dos desaladoras, la del Tordera y otra. ¿En el puerto?

R. No será en el puerto. No se producía ningún beneficio y la calidad del agua era insuficiente o nos salía mucho más caro que tuviera la calidad que necesitábamos. En este momento la definimos como la desaladora del Llobregat y estará dentro del delta, aunque todavía no hemos precisado el lugar.

P. Tras el PHN, ¿cuál es el horizonte general de Cataluña?

R. Debemos ponernos a trabajar en la línea de lo que decidió el Gobierno, que es la expresión de "la nueva cultura del agua". Además, sabiendo que este río que debía abastecer por fuerza a Barcelona no lo hará, porque el Gobierno de la Generalitat ha dicho que no y porque el Gobierno central ha dicho que no (hablamos del Ebro y del Ródano), tiene mucho más sentido la línea emprendida por quienes habíamos preconizado que debía cambiarse la manera de enfocar el consumo y, sobre todo la manera de gestionar, de respetar y de proteger los recursos hídricos. En estos momentos la perspectiva es un conjunto de actuaciones muy importantes.

P. ¿Habrá un criterio general?

R. El criterio debe ser la gestión continua y muy cuidadosa a través de actuaciones mucho más complejas, tanto de la garantía como de la calidad.

P. El agua del sur de Barcelona es peor agua que la del norte.

R. Es cierto. El Llobregat es objetivamente un río peor que el Ter desde el punto de vista del agua. Y el Ebro sería el intermedio; el Segre es el que tiene un nivel superior. A medida que eliminamos los elementos más importantes, en el Llobregat todavía tenemos uno, que es la salinidad, tanto la natural y como la que proviene de las actividades mineras.

P. Con el agravante de las actuaciones del plan del delta.

R. Tenemos amenazas importantes: las obras que se están haciendo allí, algunas subterráneas. Las vigilamos muy de cerca. La ampliación de la terminal del aeropuerto es la que más nos preocupa en estos momentos. Es más, si la nueva terminal del aeropuerto se mantiene en el proyecto como está, nuestro informe, que es vinculante, será negativo. Desde el aeropuerto se nos ha comunicado que se modificará el proyecto, y así lo espero. De lo contrario, nuestro informe será negativo justamente para proteger el acuífero.

P. ¿El acuífero?

R. Tenemos un acuífero muy potente, de 100 hectómetros cúbicos, parte de los cuales se extrae para uso, entre otros, doméstico, y no podemos prescindir de ello. Se extraen anualmente entre 40 y 50 hectómetros cúbicos; no los podemos suprimir, como se ha hecho a veces con algún acuífero de Osona, e ir a buscar el agua a... porque si seguimos con esta práctica acabaremos bebiéndonos todo el Ródano.

P. En el Ebro hay grandes esperanzas respecto a la actuación del Gobierno de Cataluña.

R. Sí. Fundamentalmente por el no al trasvase y porque, en virtud de los acuerdos entre la ministra y el consejero de Medio Ambiente, se mantendrán las previsiones en la ley del PHN sobre el programa integral de protección del delta del Ebro. El 70% de las obras las financiaría el Estado y el 30% la Generalitat. Creo que ésta es una gran noticia porque el conjunto de las obras, por valor de 500 millones de euros (si no recuerdo mal), que debían promoverse a través de convenios se harán.

P. Han previsto recuperar los limos que frenaban las presas.

R. Sí, en los embalse de Riba-roja y de Mequinenza. Lo hemos encargado al mejor experto en aportaciones de arena y limos. Probablemente se hará a través de un tipo de construcción que pasará los limos al otro lado de la presa. Probablemente también deberá utilizarse un cierto régimen de desembalses para que, cuando se produzcan, el agua también pueda llevar los limos río abajo. Es un proyecto complejo.

P. ¿Qué es lo que ha encontrado peor?

R. Tenemos un enorme problema: la financiación. No es que haya encontrado basura bajo de la alfombra. Esta casa llevaba tres años en que empataban los ingresos con los gastos corrientes y, por tanto, no tenía capacidad de generar recursos propios para invertir. En tres años se ha aumentado en 300 millones de euros el endeudamiento. Hay obras comprometidas por 397 millones. En esta institución no hay irregularidades, en todo caso este exceso, que yo considero ilegítimo, de comprometer el futuro, pero cumpliremos. Esto viene de lejos. Dejaron que el barco fuera a la deriva y ahora la distancia hasta la salvación es más larga.

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