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Reportaje:

Los 50 años del 'rock and roll'

Elvis Presley inventó el 5 de julio de 1954 el 'rockabilly' al grabar en un estudio de Memphis el disco 'That's all right'

Diego A. Manrique

Lo que ocurrió el 5 de julio de 1954 en el diminuto estudio de Sun Records, en Memphis, en el número 706 de Union Avenue, fue una de esas chispas casuales que incendian el mundo. Sam Phillips, propietario de Sun, había fichado a un joven camionero, Elvis Presley, haciendo caso a la intuición de su secretaria: el chaval era guapo y tenía una voz grata. El problema era crearle un repertorio, hacerle discos con posibilidades.

Elvis admiraba a Dean Martin, pero Sun era un sello regional especializado en músicas más terrenales. No tenía ni banda: Phillips le juntó con el contrabajista Bill Black y el guitarrista Scotty Moore, que alucinaron con aquel imberbe que se presentó con camisa negra y pantalones rosa. Todos tenían trabajos extramusicales, y sólo pudieron ensayar un domingo antes de entrar a grabar.

Reedición de las grabaciones originales y dos históricos especiales de televisión

Ya había enlatado algunas canciones country sin demasiado entusiasmo. Hasta que Elvis y sus dos acompañantes se pusieron a tontear con un blues de Arthur Big Boy Crudup, That's all right, acelerando el tempo. Phillips desplegó las antenas y les preguntó qué demonios estaban haciendo. "No sabemos", fue la sincera respuesta. Phillips insistió en que se grabara. Era de esos productores que creen en la magia del momento, en esperar el instante en que los músicos se deshacen de complejos y pisan lo desconocido.

Phillips quedó encantado: cinco días más tarde, el 10 de julio, llevó un acetato de That's all right a una emisora local. Sonó a las nueve y media de la noche, y la respuesta fue inmediata: el teléfono de la WHBQ ardió con llamadas que necesitaban volver a escucharlo, que pedían información sobre el intérprete. La bola había comenzado a rodar, ante el pasmo de los implicados: Elvis no se atrevía a escuchar la emisora aquella noche, y el tímido Scotty Moore creía que les expulsarían de la ciudad, no explicitó si por el descaro juvenil o por tocar música de negros.

Ya se sabe que Phillips vendió el contrato de Elvis y sus grabaciones a RCA, ahora parte de BMG. La multinacional ha montado una gran campaña para celebrar el próximo lunes los 50 años del rock and roll. Naturalmente, se impone una salvedad: lo que Elvis y compañía inventaron aquel día de 1954 fue una de la media docena de variantes del rock and roll, luego conocida como rockabilly; música frenética, tocada con pocos instrumentos -guitarra, contrabajo, el esqueleto de una batería- y cantada con exuberancia felina.

BMG reedita ahora las turbulentas grabaciones seminales de Presley para Sam Phillips en un CD titulado Elvis at Sun. Lleva una detallada historia de las sesiones de 1954 y 1955 que revela que los implicados no eran conscientes de estar haciendo historia: se extraviaron grabaciones, se desecharon temas que ahora resultan apetecibles. Los hijos de Phillips cuentan que fueron los primeros extraños que oyeron la palpitante música grabada el 5 de julio, anticipando la reacción de toda una generación: alboroto hormonal, identificación con aquel gato montés de 19 años.

Junto a la reedición de aquellos prodigiosos discos de etiqueta amarilla, BMG lanza dos ediciones ampliadas de dos históricos especiales televisivos de Presley, memorables por razones bien distintas. El Elvis 68 comeback special son ahora tres DVD con más de siete horas de exuberantes grabaciones, con la estrella sudando bajo un traje de cuero y recuperando el placer del directo tras demasiados años de encastillamiento y películas pobres. Elvis: aloha from Hawaii también contiene abundantes tomas inéditas de ensayos y ocupa dos DVD, con cuatro horas de música. Los conciertos hawaianos se celebraron en 1973, cuando Elvis iba camino de convertirse en una parodia de sí mismo y ya había perdido el buen humor y la agilidad de años anteriores.

Elvis Presley, en su época dorada.
Elvis Presley, en su época dorada.EPE

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